Los benicarlandos aprovecharon el magnífico día de ayer para celebrar la tradicional festividad de Sant Gregori.

El reparto del romero a las puertas del templo Sant Bertomeu empezaba ya a primera hora de la mañana. Los integrantes de la romería, con los típicos sombreros de paja y la caña adornada con la que se acompañan durante el camino, esperaban la salida de la talla policromada que habitualmente acoge esta iglesia para acompañarlo en el trayecto hasta la ermita que luce su nombre. El camino, de dos kilómetros y medio, volvió a realizarse con alegría y con el acompañamiento de caballerías y de una charanga, que ponía el hilo musical al camino.