La Pelagia Noctiluca o Medusa Luminiscente es la segunda especie más urticante del mundo y ha aparecido, en los últimos días, en las costas de Orpesa, Benicàssim y Castelló. Una plaga de miles de estas medusas ha puesto en alerta a las playas castellonenses, ya que la especie es la responsable de más del 90 por ciento de las picaduras que se producen en la costa, a pesar de que no atacan a los bañistas directamente.

Normalmente, el hábitat de estas medusas son las aguas profundas del Atlántico y del Mediterráneo. Sin embargo, el cambio climático ha provocado que ahora puedan localizarse en las costas. «Son una especie del Mediterráneo y en este periodo entre la primavera y el verano tienen ciclo de proliferación, lo que causa que aparezcan ahora. Los vientos del este y las corrientes han provocado que se vean en la costa, aunque su medio natural se encuentra a unos 50 kilómetros de ellas», afirma Miguel Candelas, biólogo del Oceanogràfic de València.

Actualmente, las aguas costeras están a una temperatura similar a la de alta mar, por lo que las medusas se sienten dentro de su zona de confort y se hacen más visibles.

La especie Noctiluca tiene una serie de características que la identifican. «Son de color rosado, tienen una campana con puntos y cuentan con tentáculos muy largos que pueden llegar a los dos metros. Sin embargo, las medusas son de tamaño pequeño. Además, por la noche pueden emitir destellos de luz, por lo que se ven a simple vista», afirma el biólogo. «Hay que tener en cuenta que también son la segunda especie más urticante del Mediterráneo», añade el experto.

A pesar de la presencia de la Medusa Luminiscente, estas no suponen un alto nivel de riesgo para los amantes de la playa. A pesar de tener un alto poder urticante y ser la culpable de la mayoría de picaduras, según Candelas, «no son muy peligrosas. Es cierto que producen quemazón, lo que provoca que la piel se irrite y pique. Sin embargo, en el peor de los casos, lo que pueden llegar a provocar son náuseas o mareos, pero no tienen efectos severos».

Las medusas tienen distintas épocas de aparición y actualmente es el momento de esta especie por su ciclo reproductivo. Sin embargo, no es normal encontrarlas tan cercanas a la costa. Además, es imposible alejarlas a la fuerza una vez aparecen. «Se mueven por corrientes marinas y por eso se han acercado a la costa. No se las puede alejar porque no pueden nadar a contracorriente», revela el biólogo del Oceanogràfic.

La Pelagia Noctiluca presenta un nivel muy elevado de toxinas en los tentáculos y, ante las picaduras, Candelas recomienda actuar de inmediato: «Hay que lavar la zona con agua salada, no con agua dulce. Hay que limpiar la zona de tentáculos y después no aplicar vinagre o amoniaco porque puede provocar efectos perjudiciales». La medusas no son peligrosas, pero provocan irritación y, aunque estén muertas, sus células siguen picando. Los bañistas no están expuestos a un alto nivel de peligro, pero el viento del este y las corrientes marinas han provocado que deban convivir con esta especie luminiscente en la costa castellonense. El Ayuntamiento de Castelló siguió ayer recogiendo medusas y sigue sin recomendar el baño.