Porque ocho años ya son suficientes para tener una escuela en condiciones. Y porque no es la primera vez, y no será la última. Por ello, las familias del CEIP Vicent Marçà del barrio Raval Universitari de Castelló se echaron ayer a la calle para exigir un colegio nuevo «ya». La falta de concreción del Consell, la Diputación de Castelló y el ayuntamiento en relación a la construcción del colegio y el traslado provisional de los alumnos ha provocado el hastío de las familias que alzan la voz para pedir «menos promesas y más hechos».

La convocatoria fue todo un éxito y a las tres y media de la tarde, alrededor de 500 personas, se concentraron a las puertas del CEIP Marçà y pusieron rumbo a la plaza del Ayuntamiento de Castelló gritando consignas como «estamos cansados», «Vicent Marçà escola nova ja», «soluciones ya» y «los niños no entienden de política». Ya en la plaza Mayor, la presidenta de la AMPA, Rosa María Medina, explicó que en otra de las reuniones con el concejal de Educación, Enric Porcar, que tuvo lugar el miércoles, este no les supo informar de plazos y emplazamientos concretos por lo que las familias están dispuestas a manifestarse cada quince días hasta conseguir «hechos».

Es más, según señaló, Porcar les dijo que la opción de llevar al alumnado al centro educativo de Penyeta Roja parece que no va a cuajar y que se están planteando un «plan B», que serán los barracones. Barracones que no se sabe dónde se ubicarán. «Estamos igual que hace ocho años», lamentaba Medina. El CEIP Vicent Marçà es uno de los colegios de nueva construcción incluido en el plan Edificant de la Conselleria de Educación que gestiona Vicent Marzà.

Desde que se diera a conocer el proyecto, las familias no han tenido de las administraciones implicadas (el Consell que das las ayudas, la diputación que tenía que ceder Penyeta para el traslado provisional del alumnado y el ayuntamiento que lo construye) información concreta sobre lo que se va a hacer. Es por ello que, en el manifiesto que se leyó desde el AMPA tras concluir la macha, se reprochaba la falta de concreción «a todas las administraciones y a todos los que han gobernado en los últimos ocho años».

En la plaza Mayor estaba la alcaldesa, Amparo Marco, quien no dudó en coger el altavoz para decirles a las familias que el ayuntamiento «no les va a dejar solos» y que el colegio nuevo «será una realidad». «¿Cúando?», le contestaron. Marco les remitió a una reunión para hoy.