El Castellón esperaba que la felicidad llegara desde Orihuela, pero ahí se la quedó el Atlético Levante. Los de Sergi Escobar entran en el play-off de ascenso desde la segunda posición tras su victoria en el Luis Suñer de Alzira, 0-3, pero se quedan sin campeonato porque el filial granota no falló en su visita a Los Arcos. En el recuerdo del albinegrismo pesan ahora los inesperados y recientes tropiezos en Castalia contra el Borriol y el Recambios Colón, que hicieron que el Castellón llegara a la última jornada dependiendo de otros para ser campeón.

En realidad lo pasado ya importa poco, porque lo que el equipo está a tiempo de cambiar es el final. El Castellón deberá superar tres eliminatorias consecutivas para escapar de Tercera División. El sendero es largo y estrecho, sin margen de error, pero el premio que aguarda en la meta es enorme y verdadero.

El partido en sí tuvo poca historia. El Castellón demostró desde el primer minuto lo que se estaba jugando, y castigó enseguida la tibieza del Alzira, tranquilo en la zona templada. Trató de asear la salida siempre el equipo local, como suele, y presentó el escenario que mejor interpretan los equipos de Escobar. El primer robo alto llegó en el minuto 2. Cubillas lo aprovechó para plantar a Cristian frente al portero Dolz, que lo atropelló en un claro penalti. Javi Rubio aseguró el 0-1 desde los once metros.

La contienda no viró de rumbo. El Alzira solo inquietó en un cabezazo de Ferrando que desvió a córner Zagalá. Antes y después el color fue visitante. Cristian y Serra rozaron el gol en dos subidas de Ferreres, Dealbert de cabeza en una falta lateral y Cubillas en un mano a mano con el portero. Cristian aún tuvo otra antes de su gol, pero se la tapó Dolz. El 0-2 parecía cuestión de tiempo. Lo era. En el minuto 25, Cristian Herrera cazó un balón muerto en el área y lo cruzó por bajo al rincón, rompiendo su sequía goleadora.

Sin milagro

Justo antes del descanso llegaron los ecos del gol del Atlético Levante en Orihuela, que devolvía al Castellón a la segunda posición. La segunda mitad se jugó más en Los Arcos que en el Suñer. Corrió el rumor falso del empate del Orihuela, hacia el minuto 50, pero el conato de alegría mutó rápido en decepción. Así fue hasta el final. Escobar protegió a los apercibidos de sanción, e Iván Sales saltando desde el banquillo asistió a Javi Rubio en el tercer y último gol. Durante la media hora restante, el Castellón nadó sin sobresaltos hasta el pitido del árbitro.

Ahí lamió heridas con su afición, con ánimos de ida y vuelta, y aguardó en círculo y sobre el césped un milagro postrero en Los Arcos. Centenares de personas pendientes de un teléfono móvil rezando por un milagro que no sucedió.