Raúl Pastor Medall es Rauelsson. Rauelsson aparece y desaparece de nuestras vidas con un movimiento pendular y natural. Publica un disco, lo lleva al directo, te deja tocado y se va. Rauelsson presenta esta noche Mirall, su quinta aventura de estudio. Lo hace a las 22.30 horas en el Auditori de Castelló.

Rauelsson reside en Benicàssim, pero su legado musical no se entiende sin las huellas de sus largas estancias en Portland. Allí llegó en 2004 de la mano de su faceta docente e investigadora en la universidad. En paralelo encontró «un lugar distinto», ideal para desarrollar un talento musical que ya había asomado en diferentes bandas en Castelló. «Muchos artistas están cómodos allí», y Raúl también. En Portland conectó pronto con la pequeña y accesible pero muy inquieta escena local: los hermanos Broderick, Laura Gibson... El sello estadounidense Hush Records publicó sus tres primeros discos, los más folk. «Cuando California se convirtió en otra cosa, Portland fue el refugio de mucha gente desengañada del sueño hippie de los sesenta», explica. Es un lugar marcado «por una naturaleza fuerte» y un sedimento vital que influyó en Raúl. «Es una cultura muy amable para el creador: hazlo tú mismo, no juzgues a los demás, no aceptes ciertas convenciones éticas y estéticas, reinvéntate como quieras y cuántas veces lo necesites.'Pasa de todo' como leitmotiv». Así encontró Raúl un espacio libre y desprejuiciado para convertirse en Rauelsson, y para ir saltando después de estilo sin perder la esencia. En Mirall subraya lo que apuntaba en Vora, ambos discos publicados por el sello alemán Sonic Pieces. Pasajes ambientales y texturas experimentales. Secuencias cinematográficas y la mayoría instrumentales. «Interiormente mi sensación es la misma: la aventura, el descubrimiento. La intuición y el afán de satisfacer al niño que llevas dentro. Me siento muy libre a la hora de crear. A veces me dicen que cambiar tanto de estilo es un signo de inmadurez, y ojalá, porque me parece un cumplido, ya que nada hay más creativo que un niño».

Mirall comenzó a gestarse en una iglesia gótica de 1882, en el centro de Portland, con un viejo órgano como punto de partida. «Yo no dominaba el instrumento y quise que a la vez que se producía el aprendizaje se produjera la creación». A base de prueba, ensayo y error surgieron «hilos de los que ir tirando». Esas composiciones originales se han ido moldeando para dar al disco una coherencia. «Otros órganos, armonios, instrumentos de viento o cuerda, sintetizadores y pianos, principalmente, fueron incluidos con el productor e ingeniero Adam Selzer en Type Foundry, también en Portland, así como en Berlín con Martyn Heyne». Esa es una de las habilidades de Rauelsson, la facilidad para completar su talento con los talentos ajenos. En Mirall participan Anne Müller, Christoph Berg, Claudio Puntin, Tatu Rönkkö y Heather Woods Broderick. Mirall ha sido mezclado y masterizado por el compositor y productor alemán Nils Frahm, y es muy Rauelsson en la combinación de minuciosidad e improvisación aparente.

El concierto

Esta noche, dos de esos colaboradores habituales, el talentoso hombre orquesta Peter Broderick y el percusionista Tatu Rönkkö ejercerán primero de teloneros y después de compañeros. Para llevar Mirall al directo también viaja a Castelló la chelista Anne Müller. Es una oportunidad que tardará en repetirse. Rauelsson no volverá a tocar hasta que pase el verano. Entonces repetirá giras anteriores, donde ya ha llevado su música por Europa, Estados Unidos y Japón.

Además de sus cinco discos principales, Rauelsson ha realizado distintos proyectos para cine, documental y fotografía, entre los que destacan From River to Sea, Eko y el reciente A Score for Darling, banda sonora del largometraje Darling.