Una mujer relató ayer al tribunal cómo un hombre la agredió sexualmente mientras dormía en una casa abandonada en el Grau de Castelló. El procesado,que admitió los hechos ante la policía cuando fue arrestado, se acogió a su derecho de no declarar.

El ministerio fiscal, elevó a definitivas sus conclusiones, y solicitó 9 años de cárcel para el acusado por un delito de agresión sexual. El acusador público también solicita que el procesado indemnice a la víctima en la cantidad de 6.000 euros en concepto de daños morales.

La víctima declaró que los hechos ocurrieron la madrugada del 11 de julio de 2017. Según el testimonio de la mujer, la tarde anterior estuvo consumiendo bebidas con unos amigos, entre los que se encontraba el acusado, en el barrio San Lorenzo de la ciudad de Castelló.

Por la noche se fue con un amigo a una casa abandonada del Grau. Hasta el lugar les acompañó el procesado que, según la víctma, no conocía de antes.

La mujer dijo que esa noche mantuvo sexo «consentido» con su amigo, pero que esté abandonó el lugar de madrugada, sin llegar a precisar la hora. «Cuando me desperté vi que el acusado estaba sobre mí, chupándome mis partes», señaló. «Le dije que no quería, pero volvió a tirar sobre el colchón. Entonces, le pedí que parara. Lo hizo y aproveché para salir de la vivienda». La mujer indicó que no recordaba si el hombre le introdujo algo en la vagina. La víctima declaró que sólo conocía al agresor de aquella noche.

La mujer salió del inmueble en ropa interior y descalza y logró llegar a un bar donde pidió ayuda.

La víctima relató los hechos a la policía e identificó el lugar y a su presunto agresor. Este fue arrestado y, según confirmaron los agentes encargados de la investigación al tribunal, reconoció los hechos. El procesado está en prisión desde el 12 julio de 2012.

La víctima dormía

Según el relato de los hechos del fiscal, «durante la madrugada, el procesado, con ánimo libidinoso, aprovechando que la víctima dormía, comenzó a darle besos por el cuerpo, introdujo un dedo en la vagina y comenzó a chuparle los genitales». La mujer trató de apartar al agresor, «pidiéndole que la soltara, sujetándola el procesado con un brazo contra el colchón mientras con la otra mano trataba de abrirle las piernas, diciéndole que sí que sí, mientras ella le pedía que la soltase, logrando soltarse y salir corriendo de la vivienda, cruzando descalza y semidesnuda un descampado, hasta llegar a un bar donde pidió auxilio».