En el año 1575 el obispo de Tortosa, Joan Izquierdo, dictaminó que las mujeres dejasen de peregrinar desde Portell hasta Sant Pere de Castellfort, pero esa prohibición va a desaparecer esta misma semana ya que el próximo sábado día 26 tres mujeres saldrán como peregrinas desde la iglesia de Portell hacia la cima de Sant Pere de Castellfort.

«Las tradiciones están para adaptarlas a los tiempos», comentó ayer al respecto el alcalde de Portell, Álvaro Ferrer.

Desde hacía años en este pequeño municipio de la comarca dels Ports existía el «runrun» para que las mujeres volviesen a ser peregrinas en esta romería cuyos inicios datan del siglo XV. Los jóvenes de la localidad se lo habían transmitido al obispo de la diócesis de Tortosa, Enrique Benavent, quien no puso oposición a que las mujeres volvieran a estar presentar en esta cita. Los jóvenes también trasladaron esta misma solicitud al párroco de la localidad de Portell.

Así, de los trece peregrinos tres serán mujeres. Es el paso hacia la vuelta de ellas a esta tradición que los vecinos de esta localidad dels Ports conservan y mantienen tras su recuperación hace ahora 28 años.

Este año, en los meses previos, ya se habían intuido algunos indicios. En la fiesta de Sant Antoni, en la «relació» -poesía satírica popular- que se recita en la plaza, ya se lanzó una puya para que las féminas también saliesen con camisa blanca, rosario, bastón, capa y sombrero negro. Y fue en la celebración de Sant Marc de les Alberedes, el pasado mes de abril, cuando ya se concretó todo. Para la romería del próximo sábado llegó a haber hasta cuatro candidatas, pero finalmente una de ellas no podrá salir. Los nombres de las tres peregrinas y los otros diez peregrinos ya están claros.

Hasta este año toda persona que mantuviese vínculos con Portell podía participar como peregrino. El comentario popular era que «pueden ser vecinos de fuera y no pueden ser las mujeres... no puede ser». Así hasta hoy.

Por otro lado , un grupo de amigos son los «mayorales», los que se encargan de toda la intendencia de la peregrinación y ellos están encantados con el hecho de que también haya mujeres en la comitiva de peregrinos.

Recordar que ya existe referencia de los peregrinos de Portell en 1514 y la prohibición de que fuesen mujeres data de 1575. En el siglo XVIII se produjo un cambio de recorrido, ya que antes la peregrinación atravesaba las calles de Castellfort.

Los inicios de la peregrinación

Cuenta la leyenda que una terrible sequía azotaba al municipio de Portell y fue por ello que siete hombres salieron hacia Roma para preguntar al Papa qué hacer. Catorce años después regresó un único vecino con el mensaje de peregrinar hasta la ermita de Sant Pere de Castellfort. Sea leyenda o verdad lo cierto es que la peregrinación se mantiene fiel a la tradición de salir a las cinco de la mañana de la iglesia de Portell para llegar a Sant Pere poco después de las 9 de la mañana habiendo atravesado el angosto barranco de la Rambla Cellumbres. Cada año, los peregrinos salen en silencio, separados por 50 pasos y el regreso al pueblo es mucho más multitudinario. Es aquí cuando salen todas las peañas y banderas de la iglesia a recibirles. En este momento, cuando los peregrinos saludan a Sant Pere desde la ermita de la Esperanza, en sus caras se refleja la emoción de la tradición cumplida. Y este año la emoción estará impresa en la cara de tres mujeres.