El futuro del fútbol juvenil atravesará por una reestructuración o al menos esa es la intención del recién nombrado nuevo presidente de la RFEF, Luis Rubiales. Hace dos semanas, en el IV Congreso de Fútbol Aficionado que tuvo lugar en San Sebastián, se aprobaron cambios sustanciales en la categoría. Falta saber si ahora, con el nuevo máximo responsable de la patronal del fútbol español, se mantiene esa intención de implantar nuevos sistemas, o se mantienen.

Se acordó la creación de una Superliga, dividida en dos grupos de dieciocho equipos, que pasaría a ser la máxima categoría del fútbol juvenil como lo fue desde 1986 hasta 1990. Mientras, la División de Honor se reduciría a seis grupos (por los siete actuales) y estaría formada por dieciocho equipos (por los dieciséis actuales). Los equipos también serían encuadrados por proximidad geográfica.

Por lo referente a la Liga Nacional, también se aprobó el aumento de jugadores en acta. Se pasaría de dieciséis a los dieciocho, así como se modificó el número de cambios en los partidos, de cuatro a cinco. Además, se solicitó a la RFEF un balón unificado para las tres categorías.

La Selección Valenciana podría ser la última ganadora del Campeonato de España de Selecciones Autonómicas sub-18. En la posible reestructuración, esta categoría será suprimida. Se quiere apostar por dar entrada a la categoría sub-14 y se mantendría la sub-16.

Toda esta propuesta deberá ser ratificada en la Asamblea General de la Real Federación Española de Fútbol para su entrada en vigor dentro de dos temporadas (2019-20).