El auge del sector turístico y los bajos precios inmobiliarios han despertado el interés por parte de grupos de inversión en hoteles y edificios del litoral de la provincia de Castelló. Estos operadores han puesto su mira en una decena de alojamientos hoteleros y edificios residenciales situados en la costa, especialmente en las poblaciones de Orpesa, Peñíscola y Benicàssim, los tres municipios más turísticos de Castelló, según informan el colegio de agentes inmobiliarios provincial y la patronal de Ashotur.

La última operación se cerró esta semana en Orpesa. Tal como publicó Levante de Castelló, la cadena valenciana de hoteles Servigroup ha adquirido por 10 millones de euros el hotel Koral de Orpesa y va invertir otros cinco en su reforma. La compañía se presentó a una subasta a la que también optó el Banco Santander. El hotel cuenta con una piscina y 220 habitaciones en diez plantas. Servigroup ya dispone de establecimientos en Peñíscola, Alcalà-Alcossebre y Benicàssim (Trinimar).

La entrada de Servigroup pone de manifiesto la apuesta de los inversores en el turismo de Castelló. Ashotur destaca que ha recibido llamadas de varias inmobiliarias que preguntan por la situación de hoteles en la costa e interior para ser adquiridos por grupos de inversión. Afirma que se han cerrado de momento compras pequeñas como el hotel Molino de Peñíscola, que abrirá en junio con el nombre de Duna, o el Tossalet de Alcossebre, que será reinaugurado en verano. También subraya que unos empresarios del País Vasco han tanteado la costa castellonense.

La patronal explica que dichos operadores buscan sobre todo establecimientos de más de 100 habitaciones. Sostiene que este movimiento se debe a tres razones, Primero, porque Castelló tiene una planta hotelera con propietarios mayores que carecen de relevo generacional;, en segundo lugar, remarca que la provincia es un destino turístico emergente en el que sobresale la proximidad de su litoral e interior; y, por último, menciona la proyección de los eventos deportivos.

Los agentes inmobiliarios (API) abundan en que, además de hoteles, los inversores tienen interés en edificios vacíos de localidades turísticas para poner en alquiler o en venta sus pisos como apartamentos.

Desde las API agregan que otro motivo que incide en el repunte inmobiliario en Castelló está en el hecho de que no ha registrado la subida de precios que se da en Madrid, Barcelona o València.

Cabe recordar que la provincia protagonizó en 2017 un incremento de un 7 % de visitas y rozó la llegada de casi dos millones de turistas. Los empresarios y administraciones aspiran a desestacionalizar el sector y a ampliar la temporada hasta los ocho-diez meses.

La planta hotelera apunta a una renovación por la mejora turística. La cifra de dotaciones hotelera se mantiene más o menos invariable en los últimos diez años. Castelló concentra 172 hoteles, de los que 33 son de cuatro estrellas, 47 de tres y 55 de dos. De cinco estrellas solo hay uno. La patronal turística estima que no hay más hoteles de cinco porque no hay demanda y que la mayoría de visitantes de Castelló son de clase media que optan por hoteles de tres estrellas.

Admiten la necesidad de aumentar la oferta de cuatro estrellas para propiciar la llegada de turistas de poder adquisitivo alto. El objetivo de Castelló es disparar la cifra de viajeros internacionales -que ahora representan el 20 % del total-, especialmente de alto «standing».