la carpa del recinte fester acogió ayer la I Feria flamenca de Almassora, una iniciativa que contó con la participación de escuelas de baile, caballistas y aficionados a las sevillanas. Además de la vuelta de los jinetes al término municipal, la jornada incluyó demostraciones de baile, tres actuaciones musicales durante la tarde y la noche y comida y cena bajo el entoldado. De esta manera, los participantes se aseguraron poder sacar adelante el programa de actos previsto sin riesgo de suspensión por la amenaza de lluvia durante las últimas horas del día. La carpa del camino Benafelí acogió desde las 9.30 horas todo tipo de actos para aficionados al flamenco.