El Villarreal B está en la ronda final. Costó, como estaba previsto, pero el filial amarillo volvió a ser mejor en el cómputo general. El equipo de Miguel Álvarez, arropado por 3.600 aficionados, pudieron con el mejor equipo de esta fase de ascenso. En la primera parte marcó un golazo el nigeriano Samu Chukwueze y tras el descanso, cuando peor lo estaban pasando los ´groguets´, llegó la genialidad de Dani Raba para poner el 2-0. Y luego apareció Ander Cantero para realizar una parada salvadora a un cabezazo a bocacajarro de Mikel Arruabarrena. Objetivo cumplido. Ahora sólo queda un escollo que superar.

El premio a la entrega y a las buenas intenciones, unido al dominio y al control de la situación, llegó en el minuto 19 con un estratosférico gol del joven extremo nigeriano Samu Chukwueze, que desde fuera del área engatilló al fondo de la red por la escuadra derecha de Pol Freaixanet. Hasta llegar a ese momento el equipo de Miguel Álvarez se puso el mono de trabajo para abarcar todas las zonas del campo, a parte de tener el balón y evitar que el Fuenlabrada fuera de conducir el partido a su terreno.

Salió con todo el Villarreal B, con el once de gala. Con Dani Raba en la zona ofensiva (banda derecha o por el centro de enganche) y en la parte defensiva con el regreso del lateral Miguelón Llambrich que, a parte de cubrir bien su zona, de vez en cuando subió por el amplio carril diestro. Fue brutal del trabajo de todos. En un encuentro que empezó con mucho respeto, pero con acentuado dominio ´groguet´.

Avisó Samu Chukwueze en el minuto 14, pero su balón se marchó algo. Replicó con un despiste del central Juan Ibiza y la contra mal resuelta de Dioni Villalba, en el 16. Y antes de subir el minuto 20 en el marcador del Mini, llegó el trallazo del propio Samu para limpiar las telarañas de la escuadra derecha del portal del Fuenla. Ese 1-0 no varió en exceso la decoración. Tampoco daba confianza el 1-0 porque con el 1-1 el filial podría quedar eliminado.

Con ese fútbol control fueron pasando los minutos. Manu Morlanes, Imanol García, Chuca, Dani Raba? todos daban vida y control al centro del campo, con la seguridad atrás de los cuatro zagueros, que secaron al Fuenlabrada en la primera parte. Y desde ese solitario gol y hasta el descanso sólo se podría destacar la ocasión de Adrià Dalmau para el Villarreal B que milagrosamente logró rechazar a saque de esquina el meta visitante.

En el arranque de la segunda parte hubo una novedad en el once madrileño. El chaval de Pinto, Álvaro Bravo, entró para reforzar el centro del campo, sustituyendo a Randy. En el filial amarillo los mismos protagonistas, pero cada vez el encuentro se fue pareciendo a los segundos cuarenta y cinco minutos en el Fernando Torres, con un Fuenlabrada que empezó a tener el balón. Y en minuto 56 estuvo a punto de marcar el vila-realense Fran García. Los azulones estaban muy estirados.

Antes de que cayera el minuto 60, la tuvo el Villarreal B con un centro desde la línea de fondo de Adriá Dalmau que remató sobre la marcha Chuca que remató ajustado al palo izquierdo. Las palmas del Mini Estadi intentaban alentar y empujar a un conjunto amarillo que era superado por su adversario. Pero cuando más insistían los visitantes y el técnico Eloy Jiménez había consumado el segundo cambio, llegó el 2-0.

Y como no, lo firmó Dani Raba. Gran jugada la suya con un primer remate muy potente que se estrelló en la espalda de un defensa, pero el rechace le llegó otra el al cántabro que golpeó raso y por el centro, para poner el 2-0. Todos respiraron más tranquilos. El gol obligaba al Fuenlabrada a meter dos para dejar en la cuneta a los vila-realense. Luego se supo jugar con mucha cabeza para lograr ganar y alcanzar la ronda final. Se logró por méritos propios y tras un tremendo partido.