Haciendo gala del mejor juego, de la mayor ambición y también de la mejor efectividad, el Villarreal B se metió de lleno en la lucha por el ascenso a Segunda División. Ha superado dos duros escollos y solo le queda uno. Ayer el filial amarillo se deshizo de un gran rival como el Fuenlabrada. Lo superó a base de juego, de garra, de empuje desde la grada y gracias a dos magníficos goles, el primero del nigeriano Samu Chukwueze y el segundo de un gran Dani Raba. A todo ello, el portero Ander Cantero evitó el sufrimiento final con un paradón antológico a Mikel Arruabarrena en el minuto 85 que hubiese significado el 2-1. El objetivo está cumplido.

El premio a la entrega y a las buenas intenciones, unido al dominio y al control de la situación, llegó en el minuto 19 con un estratosférico gol del joven extremo nigeriano Samu Chukwueze, que desde fuera del área engatilló al fondo de la red por la escuadra derecha de Pol Freaixanet. Hasta llegar a ese momento el equipo de Miguel Álvarez se puso el mono de trabajo para abarcar todas las zonas del campo, a parte de tener el balón y evitar que el rival se llevara el partido a su terreno.

Salió con todo el Villarreal B, con el once de gala. Con Dani Raba en la zona ofensiva (banda derecha o por el centro de enganche) y en la parte defensiva con el regreso del lateral Miguelón Llambrich que, a parte de cubrir bien su zona, de vez en cuando subió por el carril diestro. Fue brutal del trabajo de todos. Fue un encuentro que empezó con mucho respeto, pero con acentuado dominio amarillo.

Avisó Samu Chukwueze en el minuto 14, pero su balón se marchó algo. Replicó con un despiste del central Juan Ibiza y la contra mal resuelta de Dioni Villalba, en el 16. Y antes de subir el 20 en el marcador del Mini, llegó el trallazo del propio Samu para limpiar las telarañas de la escuadra derecha del portal del Fuenlabrada. Ese 1-0 no varió en exceso la decoración. Tampoco daba confianza el 1-0 porque con el 1-1 el filial podría quedar eliminado.

Control del juego

Con ese fútbol control fueron pasando los minutos. Manu Morlanes, Imanol García, Chuca, Dani Raba? todos daban vida, con la seguridad atrás de los cuatro zagueros, que secaron al Fuenlabrada en la primera parte. Y desde ese solitario gol y hasta el descanso solo se podría destacar la ocasión de Adrià Dalmau para el Villarreal B que milagrosamente logró rechazar a saque de esquina el meta visitante.

En el arranque de la segunda parte hubo una novedad en el once madrileño. Álvaro Bravo entró para reforzar el centro del campo, sustituyendo a Randy. En el filial amarillo los mismos protagonistas, pero cada vez el encuentro se fue pareciendo a los segundos 45 minutos en el Fernando Torres, con un Fuenlabrada que empezó a tener el balón. Y en minuto 56 estuvo a punto de marcar el vila-realense Fran García. Los azulones estaban muy estirados.

Antes de que cayera el minuto 60, la tuvo el Villarreal B con un centro desde la línea de fondo de Adrià Dalmau que remató sobre la marcha Chuca muy ajustado al palo izquierdo. Las palmas del Mini Estadi intentaban alentar y empujar a un conjunto amarillo que era superado por su adversario. Pero cuando más insistían los visitantes y el técnico Eloy Jiménez había consumado el segundo cambio, llegó el 2-0.

Y como no, lo firmó Dani Raba. Gran jugada la suya con un primer remate muy potente que se estrelló en la espalda de un defensa, pero el rechace le llegó otra el al cántabro que golpeó raso y por el centro, para poner el 2-0. Todos respiraron más tranquilos. El gol obligaba al Fuenlabrada a meter dos para dejar en la cuneta a los vila-realense. Luego se supo jugar con mucha cabeza para lograr ganar y alcanzar la ronda final. Se logró por méritos propios y tras un tremendo partido.