Las promociones las juegan muchos y las celebran pocos. Lo sabe bien el Portugalete, un clásico en estas cuitas, y lo sabe bien el Castellón, que atraviesa ahora su novena promoción desde el descenso a Segunda B de 1994. De las ocho anteriores solo una vez salió ileso, en el ascenso de 2005. Ahora está cerca de un nuevo festejo, a una eliminatoria del anhelado ascenso, esta vez a la categoría de bronce. El cruce con el Portugalete remite en la memoria a un duelo similar. Ocurrió en 1995 contra el Sestao, y entonces acabó en lágrimas para el Castellón.

Apenas dos kilómetros separan Portugalete y Sestao. Al corazón de Vizcaya viajó el Castellón en 1995 para disputar el penúltimo partido de la extinta liguilla de ascenso. Era la primera temporada del Castellón en Segunda B, y el entorno pensaba que no se podía caer más bajo. A trancas y barrancas el equipo entró a última hora en la promoción y fue sumando puntos en un igualado grupo con Córdoba, Mensajero y Sestao. En los dos duelos finales iba a jugarse el éxito de la temporada.

En Las Llanas de Sestao, el Castellón se adelantó con un golazo de Fenoll en el minuto 33. El Sestao empató con la herramienta de siempre, la mayor amenaza ahora del Portugalete. El fornido Aitor Bouzo saltó más que nadie en un córner en el minuto 45, y anotó el 1-1 a la postre definitivo.

La jornada final

A las 19.30 horas del 25 de junio de 1995 se disputó el último partido de la liguilla. Para subir, el Castellón necesitaba ganar al Sestao en Castalia y que el Córdoba derrotara al Mensajero canario. El técnico Roberto Gil prometió durante la semana que pagaría una paella al cuadro andaluz si el resultado les acompañaba. También recomendó a sus futbolistas que no ingirieran bebidas frías para evitar faringitis. A la hora de la verdad, el Córdoba hizo su parte, y ganó, pero el Castellón no. En un partido de escasas ocasiones, y con once mil espectadores en Castalia, el envite fue avanzando con el marcador a cero. En la segunda mitad, el larguero negó a Córcoles un gol que podría haber cambiado la historia. En el minuto 78, en una contra, el visitante Fuentes batió de un potente zurdazo cruzado al meta Fernando. Los visitantes sufrieron la expulsión de Azkoitia en el minuto 82, y el Castellón se volcó al ataque. Damián empató en el minuto 91, en una jugada plena de rebotes, y en el 95 el portero Fernando subió a rematar un córner. La jugada terminó en gol tras un remate posterior, pero el colegiado la anuló por una polémica falta del meta en el salto previo. El Sestao subió a Segunda para desaparecer al año siguiente, y refundarse después como Sestao River. En sus filas militaban Karmona y Azkoitia, miembros después del Alavés subcampeón de la UEFA, y el portero Sangroniz, que jugaría luego en Castellón y Burriana. Aquella tarde el conjunto orellut formó con Fernando, Carmona, Tosic, Fernández Cuesta, Estanis, Domínguez, Javi Prats (Damián), Fermín, Caneda (Roberto García), Fenoll y Córcoles. Les faltó un gol para subir. El club tardó ocho años en disputar otra promoción, y diez en lograr el ansiado ascenso.