El Pleno del Ayuntamiento de Vila-real aprobó ayer el presupuesto municipal para 2018, tras lograr desbloquear el pago de deuda urbanística heredada del Partido Popular. Las cuentas, que ascienden a 45.912.000 euros, hacen especial incidencia en el apartado de Servicios Sociales, el capítulo de subvenciones y convenios con entidades o personal, con programas especiales de contratación para mejorar la atención en el área social, Contratación, Urbanismo y Tesorería.

«El presupuesto que aprobamos hoy, tras muchos meses de trabajo por los que quiero agradecer al departamento de Intervención, es una presupuesto responsable y social, con casi 3,5 millones de euros destinados a esta área, porque entendemos que la igualdad y la justicia social empiezan con tener las necesidades básicas cubiertas y unos servicios públicos de calidad y gratuitos», argumentó la concejala de Hacienda, Sabina Escrig, quien destaca que, por primera vez en más de una década, los presupuestos han contado con todos los informes favorables de la Intervención.

El alcalde de Vila-real, José Benlloch, recordó que la memoria de alcaldía que acompaña el presupuesto incorpora informes técnicos que avalan que la «delicada» situación económica se debe al impacto en la actualidad de las operaciones urbanísticas anteriores a 2011. «Los informes acreditan que el urbanismo, el despilfarro, la hipoteca y los préstamos del PP continúan generando una herencia muy complicada de gestionar. Pero lo estamos haciendo, como siempre, con responsabilidad y prudencia, minimizando el impacto de los empastres del PP en el futuro de Vila-real», apuntó el primer edil.

Además de la aprobación del presupuesto, el Pleno ha dado luz verde a dos modificaciones de crédito para incorporar parte de los remanentes generados en 2017. En concreto, se incorporan a las cuentas vigentes 1,6 millones de euros, destinados al pago de horas extra y productividad atrasadas, resoluciones del jurado de expropiación y otras acciones municipales.

Críticas del PP

El portavoz del Partido Popular en Vila-real , Héctor Folgado definió los presupuestos como el «presupuesto de la mentira» y consideró que «las cuentas de 2018 por el fracaso en la gestión del alcalde se han aprobado a las puertas del verano en lugar de en diciembre como suele ser habitual». «El alcalde dijo que no se podía aprobar el presupuesto porque no cuadraban los números porque había que prever el pago de sentencias y ha resultado ser mentira», aseguró el edil.

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Domingo Vicent, lamentó «la demora injustificada en los presupuestos que constatan un IBI de récord y la pasividad para resolver el problema urbanístico por parte de PSOE y Compromís».