El próximo miércoles día 20 de junio será devuelta al mar desde la playa de La Concha de Orpesa la tortuga Donosti, un ejemplar juvenil de Caretta caretta o tortuga boba, que acaba así su largo y complejo proceso de recuperación emprendido desde que fue rescatada hace cuatro años en aguas de la costa vasca y en el que han participado numerosos especialistas de distintos centros conservacionistas de las orillas del Atlántico y del Mediterráneo.

La historia de este animal es un ejemplo de las amenazas a la que está sometida esta especie como consecuencia de la actividad humana y los esfuerzos que se llevan a cabo para su conservación, con una colaboración eficaz entre instituciones conservacionistas.

Fue recogida por el Servicio de Guardacostas en Bermeo (Vizcaya) el 29 de abril de 2014 debido a que estaba herida y se trasladó al centro de recuperación de Fauna Silvestre de Bizkaia para su recuperación. El animal pesaba 2.405 gramos y presentaba una herida necrosada en la aleta delantera izquierda, motivada por arrastre con una red de pesca.

A pesar del tratamiento realizado en el centro se detecta la presencia de un absceso en la cara superior de la aleta delantera izquierda con líquido purulento, por lo que los responsables del centro deciden amputar la aleta el 29 de mayo de 2014 y que su mejor destino será su vida en medio controlado en condiciones dignas, como referente de Educación Ambiental.

El 16 de diciembre de 2014 la tortuga es trasladada y cedida al Aquarium de San Sebastián para su recuperación y exposición en el área del Oceanario como referente de Educación Ambiental, la tortuga llegó con un peso de 3.851,5 gr.

Una vez en el Aquarium los técnicos del Departamento de Biología comienzan el trabajo de reeducación para recuperar la capacidad de natación de la tortuga en las cuarentenas del Aquarium, con el objetivo de que cogiera fuerza y se pudiera exhibir en el Oceanario.

Los responsables del departamento valoran la posibilidad de implantar una prótesis elaborada por una impresora 3D en sustitución de la aleta. Debido a que el muñón es muy pequeño se hace dificultoso el encaje de la prótesis, por lo que se desestima la idea.

Después de un periodo de adaptación en las cuarentenas se traslada al Oceanario, de 1.500.000 litros, junto a las 40 especies que se exhiben en este precioso tanque de fauna del Atlántico, además de 2 tiburones toro. Durante un periodo de dos años más de 600.000 personas han podido observar la buena adaptación de esta tortuga en nuestras instalaciones y más de 80.000 niños han conocido la historia de la tortuga, que ellos bautizaron cariñosamente con el nombre Donosti.

Después de un largo proceso de cuidado de este ejemplar con una alimentación adaptada a sus necesidades, el quelonio crece bien dentro de las instalaciones del Aquarium y fue aumentando su peso corporal hasta los 11 quilos.

Gracias a la excelente relación con el Oceanogràfic de València, que es un referente en recuperación de tortugas en el Mediterráneo, después de documentar sueltas de tortugas amputadas al mar con éxito y, de acuerdo con el centro de recuperación de Gorliz, el Aquarium decide trasladarla a València para su futura puesta en libertad.