Como seres vivos más o menos relacionados con el mundo de la cultura, los monos hemos seguido atentísimos la polémica de Màxim Huerta. En un principio, pese a que el personaje cumplía con los requisitos necesarios para convertirse en diana pública o precisamente a causa de ello, decidimos reservar nuestra opinión, esperar un tiempo prudencial (que siendo lo bocazas que somos, bastante nos costó). Total, que lo pillan engañando a Hacienda hace unos años y lo fuerzan a dimitir. Algo que debería ser normal y nada dramático, aunque nos parezca extraordinario.

Las reacciones han oscilado desde el "no tiene que dimitir porque está en regla con la justicia" al "es igual que Bárcenas". No obstante, la reacción más impactante ha sido la de la exministra socialista de Cultura González-Sinde. En un artículo insólito, además de acusar a Pedro Sánchez de cobarde y a Montoro de cazabrujas, asegura que lo mismo que a Màxim "le ha ocurrido a cientos, miles de personas" y que "constituir una sociedad con la que facturar por los trabajos fue la alternativa de muchos para tener un tratamiento fiscal más favorable y poder ahorrar en los tiempos de vacas gordas, para vivir en los de vacas flacas. Eso no es defraudar ni engañar. Es tributar en un régimen o en otro, pero tributar".

El último párrafo es sencillamente glorioso. No sabemos si se da cuenta la exministra de que únicamente pueden constituir esa sociedad pantalla aquellos artistas que facturan unos ingresos al alcance de muy pocos. Esa "persecución fiscal" no es, por tanto, a los artistas sino a los millonarios. Imaginen cómo reaccionaríamos si Cristiano Ronaldo, a raíz de su sentencia, saliese a decir que Hacienda persigue a los futbolistas, así en general.

Permítannos asimismo que dudemos de que le haya ocurrido igual a miles de personas, pues eso significaría que hay miles de artistas millonarios en este país. Imaginen ahora a un fontanero que quiere cobrarles en negro porque dice que es "una alternativa que estoy explorando para para tener un trato fiscal más favorable y ahorrar cuando vengan las vacas flacas". Porque, tampoco se da cuenta la exministra, las vacas flacas son para todos, no sólo para los pobres millonarios.

Y por último, "tributar en un régimen o en otro, pero tributar" no es más que un eufemismo de "pagar una cantidad u otra, pero pagar", ¿verdad?

La cuestión es que, mirándolo desde el punto de vista de un millonario que puede permitirse montar una sociedad pantalla tiene bastante sentido, pagas lo que te viene bien pagar, como si fuera la hucha del Domund, y así te quedas con más dinero para ti, más pasta para pulir en tus asuntos de millonario.

Los monos no acabamos de tener muy claro si todo ello suena muy socialista ni si estos millonarios con sociedades pantalla son los creadores que realmente necesitan la atención de los Ministros de Cultura en vez de los creadores que no llegan a fin de mes ? y podríamos seguir así tropecientas mil palabras más, pero ¿saben una cosa? en realidad nada de lo anterior tiene la más mínima importancia porque acabamos de leer que Pablo Casado se presenta a la presidencia del PP con la intención de recuperar los votos que se fueron a Ciudadanos y a VOX (sic). Sí, quiere recuperar los votos de VOX. O sea que abandonen toda esperanza, pásenlo bien este verano porque a la vuelta vamos a morir todos.