La presión es máxima para la consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, que tiene encima la amenaza del colectivo de agentes medioambientales de la Comunitat Valenciana de dejar aparcados los vehículos de forma indefinida si no atiende la larga lista de reivindicaciones que mantienen desde el cambio de color político en el Consell en 2015 y, hasta la fecha, sin resultados satisfactorios.

El punto de inflexión está fijado para el próximo jueves 28 de junio, día en el que los agentes han convocado una concentración, a las 11 de la mañana, a las puertas de la conselleria en Valencia. La concentración no tiene fisuras ya que está convocada por todos los sindicatos, por lo que se espera que la participación sea masiva y que acuda gran parte de los 65 agentes que hay en la provincia de Castelló.

La idea es volver a presionar, recordarle todas las reivindicaciones y conseguir algún compromiso «serio y preciso», señalan fuentes del colectivo, que ya señalan que, en el caso de no recibir ninguna respuesta, está previsto tomar una decisión drástica: dejar de conducir los vehículos de la conselleria de forma definitiva en julio, un mes especialmente complicado al estar en plena campaña de vigilancia de los incendios forestales. Y es que la última promesa fue repartir 18 vehículos nuevos por toda la comunidad, aunque «nadie sabe dónde están, cuándo van a llegar o cómo se van a repartir», señalan algunos de los agentes medioambientales de Castelló.

El colectivo se siente engañado por las promesas incumplidas que han realizado PSPV en estos dos años de gobierno. Aseguran que han guardado un prudente silencio durante estos meses a la espera de recibir respuestas a sus demandas, pero consideran que, tras una veintena de reuniones mantenidas con diferentes representantes de la administración, es el momento de avanzar en las reivindicaciones.

Medios insuficientes

A su juicio, los 260 agentes medioambientales que hay en la Comunitat Valenciana y los 65 de la provincia de Castelló son insuficientes, con el añadido de que se «están amortizando plazas, sin visos de que se vayan a cubrir». Con una media de edad de más de 50 años, «no parecen dispuestos a ampliar las plantillas», se lamentan. Esto provoca que, por ejemplo, haya fines de semana en los que solo estén operativos dos agentes medioambientales para toda la provincia, según señalan los afectados.

Otro de los aspectos llamativos es el que se refiere a los medios materiales. «Tenemos vehículos de más de 20 años de antigüedad que no hay manera de que se renueven; algún día nos dejarán tirados en el monte», señalan desde la asociación provincial de agentes medioambientales de Castelló, por no hablar de «algo tan sencillo como pueden ser prismáticos en condiciones».

Otra queja se centra en el mal estado de los uniformes. «Aunque pueda haber gente que no se lo crea, tenemos los equipos tan viejos que se caen a trozos, por lo que urge una renovación inmediata de casi todos», aseveran desde la asociación de Castelló.

Frente a ello, los agentes medioambientales se quejan del mayor apoyo que se da desde la Generalitat Valenciana a Vaersa. «Es curioso que nosotros, que somos funcionarios, estamos como estamos y a esta empresa pública se la mima hasta el punto de darles toda clase de medios tecnológicos que nosotros no vemos».

Al respecto, recalcan que «no se entiende cómo los agentes medioambientales, considerados autoridad y que son los representantes de la Generalitat Valenciana en el medio natural, estemos totalmente marginados». Recuerdan además que cuando Compromís y PSPV estaban en la oposición «realizaron numerosas preguntas parlamentarias interesándose por nuestra situación, pero parece que ahora se les olvida todo».