El ascenso a Segunda División se perdió el sábado pasado en el Martínez Valero con el penalti errado con 1-0 en el minuto 43, y el remate final a la película llegó al minuto 15 cuando Benja cabeceó al fondo de la red (por la escuadra izquierda de Ander Cantero), tras un buen centro de Iván Sánchez, cambiado de banda. Mereció mucho más el filial, que en la primera parte estrelló hasta cuatro balones en los palos de la portería ilicitana. El Villarreal B murió de pie, nunca se arrodilló. Fue mejor, pero falló demasiado. El Elche logró el ascenso a Segunda División.

Buscó un golpe de efecto el técnico Miguel Álvarez con una alineación con tres novedades respecto a la que perdió en el Martínez Valero siete días atrás. En el eje de la zaga Roger Riera entró por Juan Ibiza, en el carril diestro Leo Suárez entró por Chuca, y lo más sorprendente de todo fue el hecho de que el delantero pacense Rubén Mesa, sin un minuto en esta fase de ascenso, fue titular y relegó al banquillo al pichichi Adrià Dalmau.

Puso ganas y valentía el Villarreal B, pero ayer sucedió como muchas veces. El filial amarillo perdonó, se estrelló con los palos de la portería ilicitana. En el minuto 8 Pau cabeceó a las manos del portero un centro de Manu Morlanes, y a renglón seguido, el primer remate entre los tres palos de los franjiverdes acabó en gol. Centro de Iván Sánchez a pelota parada e impecable testarazo de Benja a la red.

En los palos

Reaccionó a base de palos el filial. En el minuto 22 doble rechace del larguero del Elche a remate del pacense Rubén Mesa, y en el 24 remató al palo el propio Rubén Mesa, y el rechace le llegó a Samu que lanzó a las nubes. El asedio amarillo no tenía fin ni finalidad, porque no entraba nada. Ni desde lejos como el trallazo de Imano (minuto 31) que murió a las manos de José Juan. Y el colmo de los colmos llegó en el minuto 32 con otro tiro del pacense Rubén Mesa al palo izquierdo de la portería visitante. Cuatro impactos al palo en poco más de media hora.

Increíble lo del primer tiempo, al final se llegó con un 1-1 que anotó Rubén Mesa tras una jugada de Samu, en el 43. El resultado aún así no hacía justicia a lo que se vio en el campo. Por ocasiones, lo justo hubiese sido, mínimo, un 3-1 ó 4-2. Al menos con ese gol de Mesa se encendió la luz de la esperanza. Vida al descanso. Tras el 2-0 de la ida el Villarreal necesitaba ganar por tres goles de ventaja.

La segunda parte arrancó sin cambios y con un Villarreal B lanzado en busca del segundo gol. Se empezaba a jugar contra el Elche y contra el reloj. Con todos al ataque, el lateral Miguelón pudo empatar en el minuto 50, pero rechazaron las piernas de la defensa del Elche. Los ilicitanos se encerraron atrás, se dejaron dominar y buscaron sentenciar a la contra. El filial se desesperaba por no encontrar espacios.

Quemó todas sus naves el técnico Álvarez con la salida de gente del centro del campo (Morlanes y Suárez) y sacando al campo a los delanteros (Dalmau y Mario). Este último sólo duró seis minutos. Se lesionó y fue reemplazado por Simón. Con todo, las fuerzas empezaron a escasear y el Elche acabó imponiendo su ley. Dalmau erró el 2-1 en el minuto 77. Y en el 92, tras un rechace del larguero, Rubén Mesa puso el 2-1. Pero no había tiempo para mucho más.