Los investigadores del proyecto Graphos aspiran a normalizar el uso de los coches eléctricos. Para ello, dichos expertos empezarán a desarrollar nuevas mezclas asfálticas que permitan recargar los coches mientras circulan.

El trabajo de la empresa castellonense Becsa empezará en 2019 con el objetivo de mejorar la conductividad eléctrica y potenciar el uso de vehículos ecológicos. Los expertos trabajarán en crear un aditivo al betún del asfalto que sea capaz de absorber el CO2. Con tal fin, incorporarán grafeno y nanomateriales carbonosos en la composición de las carreteras.

Al mejorar la conductividad con los materiales pertinentes, los coches tan solo necesitarían circular para absorber el calor del terreno, reponer energía y continuar el viaje.

El invento facilitará la recarga por inducción, por lo que no será necesario detener el vehículo para reponer combustible y seguir circulando. La meta es impulsar a los coches eléctricos con un estudio que se prolongará hasta el tercer trimestre de 2020.

Además, Becsa trabaja en más líneas de investigación vinculadas con la absorción de energía mediante los firmes. Graphos estudia cómo fabricar un asfalto capaz de absorber el CO2 atmosférico y aprovecharlo para los autos.

Esta, junto a otras de las investigaciones empezarán a aplicarse en 2019. Será entonces cuando se realicen los ensayos preindustriales de todas las aplicaciones desarrolladas y se ejecutarán tramos de prueba.

Hasta 2020 y desde que el proyecto arrancó en 2016, BECSA cuenta con el apoyo de siete compañías de diversos sectores industriales. En concreto, Graphos cuenta con expertos del ámbito de la automoción, el plástico, las pinturas, el textil y la electrónica, entre otros.

Cuatro centros tecnológicos colaboran con Becsa y el resto de empresas para acometer el proyecto Graphos. Se trata de Aimplas, Aitex, Cidetec y Leitat. Asimismo, tres organismos públicos de investigación participan en Graphos. En detalle, estos son ICMM-CSIC, IMM-CSIC Y UPC.

Más allá de las posibilidades de recargar los coches eléctricos en marcha, Graphos aspira a crear firmes asfálticos más duraderos y sostenibles. Así, se reducirán las labores de conservación y de mantenimiento del asfalto. También se minimizará su impacto ambiental.

El proyecto Graphos prospera gracias a la financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Banco Europeo de inversiones.

En total, y acogiéndose al programa CIEN, Becsa y el resto de empresas cuentan con más de 7 millones de euros de presupuesto. La iniciativa también les proporciona una ayuda de 5,4 millones durante un periodo de cuatro años.