A pocos minutos de la Basílica de Lledó, en el camí d'en Riera, se encuentra el Mas d'en Riera, un huerto urbano gestionado por la cooperativa Hort del Manyano. Abrió sus puertas al público hace un mes, concretamente el 4 de junio. Esperanza Meléndez, directora del huerto y Begoña Antequera, presidenta de la cooperativa, son las encargadas de gestionarlo. «Contamos con la ayuda de muchas más personas que lo cuidan y los usuarios que viene al huerto que lo acondicionan, no sólo estamos nosotras» confiesan.

El terreno en el que trabajan, unas dos hectáreas y media, ha sido cedido por el Ayuntamiento de Castelló con el objetivo de llevar a cabo un proyecto de este tipo. Ellas son las que lo gestionan y han dividido la superficie en 100 pequeñas parcelas para que puedan cultivarlas los usuarios del huerto. Llevan trabajando en él desde octubre del 2017. Han necesitado bastante tiempo porque querían arreglar la vieja alquería que hay en el terreno y preparar la tierra para que sea cultivable.

Para poder ser una de las personas que tienen una pequeña parcela hay que rellenar una solicitud en la que se demanda el DNI, el empadronamiento en Castelló y un certificado que diga que la persona no tiene problemas de salud para hacer agricultura. La solicitud se puede llevar al ayuntamiento o rellenar por internet y enviarla al correo de la cooperativa. En ese momento se entra en un sorteo para llevarse una de las parcelas. Las mujeres que han sufrido violencia machista no necesitan certificar el empadronamiento. «Pensamos que es bueno para su situación salir al campo», comenta Meléndez.

Además de particulares, el Mas cuenta con entidades sociales que participan. De momento, la primera es la Asociación de Familiares por los Derechos del Enfermo Mental (Afdem). María Machordom, de la asociación, destaca que el trabajo en la tierra «dignifica a la persona». En los próximos días se incorporará el Centro de Educación Especial CAU. «Para nosotras es muy importante la inclusión y la finalidad social que tiene la agricultura», comentan María Sales y Alba Rodríguez desde la entidad. También se va a incorporar Accem, entidad que trabaja con los refugiados.

Para poner en contacto al Mas con las asociaciones ha sido importante el trabajo de la Concejalía de Bienestar Social, que ha ido buscando colaboraciones. También se ha fomentado el trabajo con los Servicios Sociales. «Uno de nuestros objetivos es erradicar el problema de vulnerabilidad social de los colectivos con los que trabajamos», afirma Meléndez.

Todo en el Mas es ecológico. Cumplen la normativa del Reglamento Europeo de Agricultura y no usan abonos que no sean naturales. Antequera y Meléndez sentencian: «si no fuera así no trabajaríamos en el huerto». No usan pesticidas ni abonos químicos e intentan usar técnicas agrícolas que no sean muy agresivas con el medio ambiente. «Hemos estado haciendo clases técnicas en el Menador cada jueves para que los usuarios aprendan esta forma de trabajar», comenta. Una de las parcelas se usa únicamente para aprendizaje.

Solo llevan un mes de funcionamiento y han acondicionado la mitad de los pequeños huertos. Para el próximo curso esperan arreglar la máxima cantidad de terreno posible para que pueda ir más gente. «Esperamos hacer también actividades con escuelas y que se apunten más entidades sociales interesadas», explican.