Las excavaciones que se realizan en el yacimiento ibero del Puig de la Misericordia de Vinaròs han sacado a la luz una sala que se usaba como taller metalúrgico datada en el siglo VII a.C., con el horno y los bancos de trabajo en excelente estado de conservación.

Esa sala, de unos veinte metros cuadrados, tenía todo el material en su lugar y toda la construcción en muy buen estado, «todas sus paredes estaban perfectamente conservadas, con sus lucidos, el pavimento, los bancos de trabajo y también un horno, que es extraño que haya perdurado tan bien, la altura de la habitación tenía unos 20 metros cuadrados, y supera los dos metros y medio es muy extraño que se conserven así en yacimientos de esta época», explicó el jefe del Servicio de Arqueología de la Diputación de Castelló, Arturo Oliver, quien indicó además que una de las habitaciones excavadas fue abandonada tras la destrucción que sufrió el edificio por un incendio a mediados del VI a.C.

Una habitación en la que se trabajaba el bronce y donde también se han encontrado recipientes con restos de cereales, «cuyo análisis posterior permitirá saber de qué tipo eran», explicó Oliver.

El horno se identificó en la excavación del año pasado y está por debajo de un muro perteneciente a una reforma que se hizo en el edificio. El incendio de esta sala permitirá conocer qué clase de árboles había en el entorno hace 2.700 años gracias a los carbones hallados en la misma.

Oliver también informó que en otras dos habitaciones excavadas en esta misma campaña arqueológica han aportado otros importantes hallazgos, pendientes de documentación, Para ello, se realizan fotografías en 3D, además de fotometrías de las paredes para hacer infografías.

Esta sexta campaña de excavaciones finalizará mañana sábado y durante tres semanas se ha trabajado en estas habitaciones del siglo VII a.C., después otros importantes hallazgos en excavaciones anteriores, como un campo frisio entorno a esta edificación que a lo largo de los siglos sufrió continuas modificaciones y que fue abandonado en el siglo II a.C..

El equipo de trabajo en este yacimiento recibió ayer la visita de los ediles de Cultura, Marc Albella, y Medio Ambiente, Jordi Moliner, quien fueron guiados por el propio Oliver para mostrarles este importante descubrimiento arqueológico.