Durante cuatro jornadas, Benicàssim ha sido el epicentro del Festival internacional de Benicàssim (FIB). Fueron unas jornadas llenas de música, mucha fiesta y un turismo «bajo» según los comerciantes locales, que dejan atrás tanto quejas como halagos.

La alcaldesa, Susana Marqués, compareció el pasado domingo ante los medios en la rueda de prensa de balance del festival. La primera edil reiteró que «la mejor noticia del balance es sin duda que no hay más noticias reseñables que contar, ya que el dispositivo de seguridad ha funcionado perfectamente e, incluso con la lluvia, todo ha estado tranquilo y sin novedades importantes. Esto nos gratifica porque significa que las fuerzas y cuerpos de seguridad han preparado el mejor dispositivo que podíamos tener y que los asistentes solo han tenido que preocuparse de vivir el festival y nada más».

En vistas a futuro Marqués señaló que «el próximo año celebraremos la vigésimo quinta edición del festival. Será una efeméride, no solo para el FIB, sino también para Benicàssim que celebrará el evento como sede de grandes festivales», a este respecto añadió que «va a marcar un referente en nuestro perfil de gestión de macroeventos».

Respecto a las encuestas de vecinos y jóvenes asistentes al festival, hay contradicción de opiniones que no van relacionadas con la edad. Muchos de los que asistieron al festival coinciden con que la organización y seguridad fueron «excelentes», pero «el cartel de los artistas es muy mejorable este año», afirmaron varios asistentes. Por otro lado, algunos de los vecinos del pueblo señalaron que «durante algunas actuaciones la música estaba muy alta y con las ventanas abiertas era molesto».

Críticas de los socialistas

Los socialistas de Benicàssim reclaman mejores accesos, barreras acústicas, una gestión eficaz del terreno y mayor promoción para el FIB. Miguel Alcalde, portavoz del grupo socialista considera hay un problema a solucionar con «urgencia». «Los terrenos en los que se celebran la mayoría de festivales de la localidad (San San, FIB, Rototom...) pertenecen a distintos propietarios, son zonas privadas y muy dispersas», afirma. Una situación da como resultado que «todos los años las negociaciones se complican».

En opinión de Alcalde, «es imprescindible que el ayuntamiento inicie una compra progresiva de los terrenos pagando un precio justo para acabar con la inseguridad y precariedad que amenaza sobre los festivales año tras año». Así mismo, puso el foco en el bienestar de los residentes. «Los vecinos no deben percibirlo como algo que perturba su vida cotidiana, por ejemplo, podrían mejorar los accesos al pueblo», asegura.