Con todos los honores. Así celebraron ayer los vecinos de la Vall de Almonacid la reapertura de su iglesia, cerrada al culto durante 13 años, por la aparición de grandes grietas en la fachada y la cubierta.

Fue una misa oficiada por el obispo de la Diócesis de Segorbe Castelló, Casimiro López Lorente, la que marcó el centro de esta celebración religiosa en la que no faltaron multitud de párrocos de otras localidades que quisieron vivir la reapertura de la iglesia de la Vall junto con sus vecinos.

Durante trece años, esta pequeña localidad palantina ha tenido que celebrar los actos litúrgicos, ya fueran misas, bautizos, bodas, comuniones o entierros, en el salón multiusos que el ayuntamiento cedió con el fin de que hubiera un espacio en el que celebrarlos. Una rara costumbre a la que los vecinos ya se habían acostumbrado, pero que ahora, como se pudo ver el viernes, cambiarán, de buena gana por el traslado de la sede eucarística al templo de la Purísima Concepción.

Y es que los vecinos de esta localidad se volcaron de lleno en la celebración de esta reapertura en la que no faltó la banda de música que acompañó a los niños de comunión, que también quisieron vestirse para la ocasión, y la procesión del palio con la comitiva eucarística en la procesión y traslado del Santísimo hasta el nuevo templo. Engalanadas para la ocasión, las calles del recorrido lucieron con murta, los balcones con banderines y las autoridades locales y asociaciones participaron portando el palio.

La misa oficiada por monseñor Casimiro López Lorente, sirvió como inauguración de la rehabilitación de este templo, pilar básico del patrimonio, junto al Castillo de Vall de Almonacid.