Hay retos difíciles de cumplir pero que cuando se realizan suponen una satisfacción personal tremenda. Así se sentían ayer la segorbina Tere Bonillo y el valenciano Tachu Giménez después de haber superado su viaje en vespino por la ruta de los cuatro mares. Una experiencia que comenzaron el pasado 28 de julio partiendo del mar mediterráneo para, nueve días después, haber recorrido 2.679 kilómetros, pasado por más de 150 pueblos y ciudades de la península ibérica y traer de vuelta a su punto de partida cuatro botellitas con agua y arena del Mediterráneo, el Atlántico, el Cantábrico y el Mar Menor. Todo ello, sin coche de apoyo y distribuido en rutas de alrededor de 300 kilómetros diarios en las que han vivido experiencias y anécdotas «para recordar toda la vida» y en las que destacan, sobre todo y ante todo «la solidaridad y el cariño de la gente».

Y es que, como explicaba ayer la propia Tere, «no podría jamás imaginarme que la gente se iba a volcar tanto con nosotros. Allí donde hemos llegado nos han recibido con los brazos abiertos, nos conocían, nos animaban, nos acompañaban a los sitios y la verdad es que ha sido genial», resaltaba Bonillo que, por la contra, lamentaba la actitud y el sabor agridulce que le provocó que nadie del consistorio segorbino acudiera el domingo a su llegada a la plaza del ayuntamiento, como estaba previsto, aunque lo más importante, mi familia, estuvo allí». Aún así, Tere resaltó que «lo vivido se lo guarda para siempre porque la experiencia ha sido muy gratificante». «Cuando me veía en sitios como los picos de Europa y pensaba cómo podía haber llegado solo con una vespino tan lejos de mi casa la sensación es indescriptible», destacaba la aventurera.

Como etapa más bonita, la segorbina se queda con la subida a los Picos de Europa «algo super emocionante donde veías que las águilas volaban a nuestro lado»; como momento, la recogida en el último de los cuatro mares del agua del mar Menor un barco que nos prepararon para la ocasión gente que no conocíamos porque suponía el final y la recompensa de haberlo hecho y como experiencia, la solidaridad y la buena fe de toda la gente que nos ha dado de todo, nos ha recibido con los brazos abiertos y nos han acogido haciéndolo pasar genial». «Además, en el Ayuntamiento de Murcia nos entregaron un diploma como final del reto, nos acogieron estupendamente y fue algo también muy bonito», añadió Tere.

Paradas de la ruta

Las nueve etapas del esta singular aventura comenzaron el próximo día 28 de julio en Sagunt e hicieron paradas como inicios y finales de ruta en Soria, Santander, La Bañeza, Braga, Oporto y Caramulo, Orpesa, Munera, San Pedro del Pinatar y Segorbe; pasando por ciudades como León, Burgos o Teruel. Ciudades donde contaron con el apoyo y la compañía de muchos vespineros que, al conocer por las redes sociales la aventura en la que se van a embarcar, no han dudado en ponerse en contacto con ellos para mostrarles su apoyo y quedar con ellos para recibirlos.

Ahora, Tachu y Tere regresan a la vida normal tras su vuelta en vespino de esta gran aventura. Eso sí, vuelven con las alforjas cargadas de vivencias, la satisfacción de un reto cumplido, algo de dolor en sus traseros y la seguridad de idear una nueva salida porque la experiencia fue más que positiva.