La temperatura del agua del mar ha alcanzado valores cercanos a 30 grados centígrados en el Mediterráneo y los 25 grados en el Cantábrico en los últimos días. Ha sido así coincidiendo con la ola de calor, una cifra que supera en tres o cuatro grados los valores normales, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que constata que estos incrementos cada vez son mayores y más frecuentes.

El portavoz de la Aemet, Rubén del Campo, explicó que, no obstante, estos datos son mediciones del agua superficial realizadas por satélites y añadió que cuando llegan vientos que remueven el agua o que forman tormentas sobre el mar, estas aguas cálidas se enfrían rápidamente y recuperan sus temperaturas habituales.

En este caso, confirmó que el calentamiento de la temperatura del agua del mar superficial en el Cantábrico oriental y en el Mediterráneo se ha debido a la ola de calor en la Península asociada a una fuerte insolación y a la estabilidad atmosférica, lo que ha provocado el rápido calentamiento. Sin embargo, parece que en este 2018 los días de temperaturas máximas en el agua del mar, sobre todo en el Mediterráneo, se han adelantado, ya que estos valores suelen alcanzarse a mediados del mes y también ha destacado que «cada vez es más frecuente» que la capa superficial del mar esté «más cálida de lo normal» de acuerdo con las mismas anomalías de la temperatura del aire.

«Varios estudios han constatado el aumento de la temperatura del Mediterráneo en los últimos años», incidió Del Campo. De hecho, se refirió al Quinto Informe del Panel de Expertos de Cambio Climático de la ONU, que advierte de que los océanos están absorbiendo la mayor parte de la energía suplementaria que está incorporando al sistema climático.

En concreto, destacó que en la superficie, la temperatura del agua del mar está subiendo una media de una décima de grado (0,1ºC) cada década. Si bien, en contra de la creencia popular, un mar «demasiado cálido» no tiene por qué desembocar «necesariamente» en episodios de lluvias torrenciales.