El terremoto de magnitud 6,9 que azotó el pasado día 5 la isla de Lombok (Indonesia) y las réplicas que le han sucedido ha dejado tras de sí más de 380 fallecidos, miles de heridos y cientos de miles de desplazados. Tras la catástrofe, cientos de oenegés y organizaciones comunitarias cooperan en Lombok en la asistencia de los damnificados. Entre las personas que han ofrecido su ayuda desde el minuto cero se encuentra un vecino de Almassora que, a pesar de no haber realizado hasta el momento ninguna acción de ayuda humanitaria, no se lo pensó ni un momento a la hora de iniciar su acción solidaria.

Víctor Ramos Jorques tiene 32 años y vive en Indonesia desde finales del 2011. El joven de Almassora decidió establecerse en el país insular ubicado entre el Sudeste Asiático y Oceanía para trabajar como instructor de buceo y en la actualidad ha emprendido un nuevo proyecto: la construcción de un hotel en el sur de Lombok. Un proyecto que se llamará Mango Lodge y que estos días tiene un poco parado porque desde hace una semana Víctor está trabajando en ayudar a los damnificados por el terremoto.

Como relata el joven a través de una conversación telefónica mantenida con Levante de Castelló, en el momento del terremoto se encontraba en Gili Trawangan (al noroeste de Lombok), donde prácticamente todas las casas y negocios se han visto afectados y las construcciones se han convertido en escombros. «En el momento del terremoto estábamos cenando y todo se movió, pegó un buen petardazo». Tras ello llegaron los cortes de luz, la caída de paredes y el miedo inundó el ambiente.

Cada poco tiempo había réplicas «y hubo unos tres o cuatro terremotos esa misma noche». Víctor viajó al norte de Lombok en el barco de la tienda de buceo donde trabaja, Manta Dive, y pudo evacuar a cuatro personas que necesitaban asistencia urgente. Y como el joven explica, «al llegar al norte de Lombok la situación era aún peor y todas las casas eran escombros»

Ante esta situación, Víctor Ramos podía haber decidido emprender su vuelta a España, pero no quiso mirar a otro lado y tomó una decisión por la que más de un indonesio le estará francamente agradecido. Y es que, como él mismo relata «llevo viviendo aquí siete años y al ver destrozado el lugar en el que vivo me dije ¿cómo no voy a ayudar?». Él mismo confiesa que «ha habido ratos que me he derrumbado, he llorado», pero no ha cesado en su empeño por ayudar al necesitado.

Gran respuesta

En un principio, el joven hizo un llamamiento a través de su Facebook (Victor Cidomo Ramos) pidiendo ayuda económica para ayudar a sus trabajadores y familias que se habían quedado sin casa. La intención era poder ubicarlos en su hotel en el sur de Lombok, zona que no se vio afectada por los terremotos.

La respuesta fue tan grande que ya ha recaudado 30.000 euros. Así que, además de ayudar a sus trabajadores, Víctor, junto a un equipo de gente local y extranjera, ha iniciado una acción solidaria que está llegando a diferentes puntos en los que los terremotos se han llevado todo por delante.

Como explica Víctor, los productos de primera necesidad llegan a su destino «ya que cuando se realiza un envío recibimos una foto de la entrega en los diferentes pueblos». También están en contacto con oenegés para saber dónde hay más necesidades. A través del Facebook del joven se puede seguir la labor que realizan cada día a través de fotografías y vídeos.

En estos momentos, Víctor y su equipo necesitan recaudar más fondos porque hay mucha gente que necesita de su ayuda y se están quedando sin dinero. Para ello, además de poder colaborar a través de la cuenta 1610003140592 (Swift BMRIIDJA y banco Mandiri) se ha iniciado una campaña de recogida de fondos a través de la web «gofundme» con el nombre «Victor + Friends Lombok Earthquake» .

El próximo 31 de agosto a Víctor se le acaba el visado «y tendré que salir del país». Tras ello pensará en seguir dedicándose al 100% en esta acción humanitaria «porque llegará un momento en que tendré que retomar mi trabajo y seguir con la construcción del hotel». Pero hasta que llegue ese momento, y contando con el apoyo incondicional de su familia, el joven va a seguir trabajando porque los vecinos de Indonesia que han perdido todo por los terremotos puedan vivir un poco mejor.