Tras una intensa semana de actividad en la que no han faltado los juegos populares para todas las edades en la plaza de la libertad, los ginkanas para los más pequeños, la guerra de agua o los fantásticos play backs del jueves por la noche, la jornada del viernes dio el pistoletazo de salida a la fase final de la fiesta.

Por la tarde, a pesar de la lluvia previa, los jericanos acudieron hasta la era de la resbaladera para, como manda la tradición, degustar un rico chocolate elaborado por los mozos, que se repartió con esparteros. A los pies de la ermita, niños y mayores degustaron el dulce, aunque las típicas cucañas tuvieron que trasladarse al sábado por la tarde por la lluvia.

Ya para ayer, el volteo general de campanas de la torre mudéjar y el disparo de cohetes anunciaron la celebración de San Roque. Las cucañas suspendidas por la tarde del viernes y la gran macrodiscomóvil de la noche hasta altas horas de la madrugada sirvieron de previa para la celebración hoy, del día grande en honor al Santo. Durante la mañana, la ermita acogerá la misa mayor con los mozos donde se llevará a cabo el tradicional reparto de rollicos de San Roque. La procesión de la imagen por el itinerario de costumbre pondrá el broche de oro a la celebración de los mozos y mozas de San Roque de 2018.