La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castelló ha condenado a un hombre a año y medio de prisión y a una multa de 1.440 euros por estafar a otro con la compra de 500 televisores para una cadena de hoteles.

La sentencia considera probado que el acusado era en 2012 apoderado de una mercantil cuya administradora era nominalmente su madre, aunque en realidad la dirigía él. Esta entidad tenía por objeto social el comercio al por mayor de aparatos y material radioeléctrico, energías renovables, suministros eléctricos, entre otras cosas.

En diciembre de 2012, el acusado se ofreció a otro hombre a solucionar un problema de facturación que tenía como autónomo y suministrador a un grupo de una partida de 500 televisores para los hoteles de un holding, pues la adquirente le exigía por razones de política empresarial que la facturación se llevara a efecto por una mercantil.

Así, el acusado acordó con este hombre que lo facturaría su mercantil. La contrapartida por ello sería el reparto de la ganancia o comisión que la víctima iba a ganar con la operación, que ascendía a 15.000 euros.

Para ello, el procesado necesitaba adquirir previamente los televisores, pero, como carecía de liquidez, ocultó a la víctima su situación de insolvencia personal y de la mercantil que manejaba, y le propuso que adelantara esta el dinero para la compra y luego se lo reembolsaría.

La víctima hizo esto en dos remesas de 41.458,96 y 95.000 euros, que sirvieron para comprar los aparatos el día 5 de diciembre de 2012. Para cubrir la devolución y obtener la confianza, el acusado emitió y firmó el mismo día dos pagarés, sin fecha de vencimiento, y que nunca tuvo intención de hacer efectivos.

Una vez suministrados, el grupo que adquirió los televisores abonó al acusado en nombre de su mercantil la mayor parte del importe de los mismos, sin que devolviera a la víctima la cantidad cobrada -del total de los 136.458,96 euros que esta le había adelantado para adquirirlos y suministrarlos-.

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