Jérica celebró el viernes una de sus noches más mágicas y tradiciones más identificativas, la bacalá y el Vole, donde se combinaron el olor a pólvora, el sonido de las campanas y el reparto de bacalao, pan, nueces y vino. Tras el correfoc , centenares de jericanos y visitantes acudieron hasta los pies de la torre mudéjar para presenciar el Vole.