La Fuente de los Baños es uno de los principales recursos turísticos de Montanejos, ideal para refrescarse en verano y caminar por su vereda en medio de un paraje natural paradisíaco.

Para disfrutar de este paseo, una de las opciones es dejar el vehículo en Montanejos o en un parking de pago (5 euros) ubicado a escasos metros de la población, y donde, ya junto al río, el visitante ya puede darse su primer baño.

El paseo es bastante corto y de una gran facilidad, para recorrer incluso con carrito de bebé, por lo que este camino es ideal para las familias, aunque muy transcurrido por un gran número de personas, sobre todo en verano.

Durante el trayecto, además de tomar el baño en las numerosas piscinas naturales, que suponen una zona de descanso, también se cruzan algunos puentes, desde donde se ven numerosos ejemplares de madrillas, un pez autóctono.

Sin embargo, uno de los mayores atractivos es la Fuente de los Baños, un manantial con un caudal aproximado de 6.000 litros por minuto, que permite al río Mijares recuperarse en parte de la merma que sufre aguas arriba en el desvío del curso a la presa de Cirat, según se explica en la web turística del municipio.

Su agua fue declarada de utilidad pública por la Real Orden del 13 de octubre de 1863.

Por su temperatura constante de 25 grados centígrados tiene efectos hipotermales y hace placentero el baño durante todo el año.

Además, cuenta con propiedades hidrogeoquímicas y biológicas beneficiosas para la salud. Por su composición química (700 mg/l sulfatado-magnésicas bicarbonatado mixtas) es considerada como oligometálica de mediana mineralización.

Más allá de fórmulas, lo que nunca falla es adentrarse en el agua, donde se prueba comprobar su templada temperatura, y desde donde remontando el curso del río se puede acceder a un cueva, donde se produce el contraste entre el agua fría que se precipita desde lo alto con el agua, mucho más caliente, que surge del interior de la cavidad.

Como tantas atractivos turísticos en el mundo, los baños de Montanejos también tiene su leyenda, que retrocede a la época del rey moro Zeit-Abu-Zeit, quien mandó construir unos baños para que las mujeres de su harem se mantuviesen siempre bellas y jóvenes.