El trabajo, en cuya elaboración ha participado el científico de Morella, puede consultarse en versión digital en Airuse.EU. Da claves y medidas para mejorar la calidad del aire en las ciudades. Entre los centros con los que ha desarrollado el estudio se encuentra el Instituto de Tecnología Cerámica de la UJI.

P ¿En qué consiste exactamente su trabajo?

R Soy profesor de investigación del CSIC. Nuestro grupo estamos centrados en dos campos importantes: cómo mejorar la calidad del aire en ciudades y cómo reducir las emisiones de la industria.

P ¿En qué se basa el proyecto Airuse?

R Airuse nace de intentar mejorar la calidad del aire de ciudades del sur de Europa. Nos centramos en ellas por dos causas principales. La primera es porque siempre vamos a la cola en temas ambientales. España, Grecia, Portugal o Croacia siempre actuamos con bastante retraso respecto al centro o al norte de Europa -como por ejemplo en cuanto a fumar en lugares públicos-. En cuestiones de mejora de calidad del aire llevamos diez años de retraso. Este es el primer motivo por el que nos centramos en el sur de Europa, para intentar dinamizar nuestras ciudades. También porque el Mediterráneo, el sur de Europa, se caracteriza por mucho sol, poco viento y poca lluvia y eso que parece que es lo que atrae el turismo y nos hace la vida aquí en el Mediterráneo agradable para la contaminación son las condiciones peores. Sino hace viento, sino llueve, lo contaminantes se quedan en la atmósfera. Por otra parte, si hace sol se generan más contaminantes en la propia atmósfera. Como tenemos esas características peculiares en el Mediterráneo pues lo que tenemos que hacer es tomar medidas específicas. Por ejemplo, el tema del ozono en la provincia de Castelló es importante. En la Plana tenemos una petroquímica, las industrias cerámicas, una central térmica de ciclo combinado, mucho tráfico€ y eso emite óxido de nitrógeno. Con la brisa marina en verano se transporta por la rambla de la Viuda o por el Riu Sec, hacia arriba y cuando esta masa de aire llega a Els Ports, debido a la intensa radiación solar que tenemos en julio y en agosto, ese óxido de nitrógeno reaccionando con otros contaminantes da ozono. La provincia está entre las diez zonas con más ozono de España.

P ¿Por qué es tan importante reducir los niveles de contaminación del aire?

R Es muy importante porque no se trata de ser ecologista o no, como lo mal entienden algunos sectores. Esto se trata de un problema de salud pública y así lo dice la Comisión Europea en el informe del 11 de octubre de 2017 donde reconocía que las partículas en suspensión -producidas por los vehículos- producen en Europa 399.000 muertes prematuras al año. Esto es debido a que agravan enfermedades existentes, sobre todo cardiovasculares, y por tanto acelera la muerta. Además, se dice que como media se nos reduce a los ciudadanos europeos nueve meses la esperanza de vida. En el caso del óxido de nitrógeno se producen alrededor de 35.000 muertes prematuras anuales y, en el caso del ozono, unas 15.000. ¿El porqué? Porque el ozono generalmente lo reciben las zonas rurales que están menos pobladas y por eso el número de muertes también es menor. El Banco Mundial realizó en 2016 un informe donde alertaba del impacto que tiene la calidad del aire con 4.500.000 muertes prematuras a nivel mundial y también con unos costes que se aproximan al 5% del PIB de manera constante. Las muertes son la punta del iceberg pero también están los costes de salud pública asociados, las faltas de días de trabajo debido a enfermedad.

P¿Qué medidas propone para reducir la contaminación?

R La primera y muy importante es tener un transporte público rápido, económico, ecológico y confortable. Tenemos que hacer medidas para favorecer su uso como por ejemplo con parkings disuasorios alrededor de la ciudad donde dejar el coche y coger el metro para ir al centro de la ciudad -como en Berlín-. Si la situación económica no nos permite invertir en metros y en tranvías pues autobuses que unan esos parkings disuasorios con el centro de las ciudades. Segundo, tener un transporte público adecuado. Tercer, reducir el número de vehículos innecesarios -con medidas como peajes urbanos que permiten reducir el 20% de coches en Milán o el 30% en Estocolmo o no dejar aparcar en zonas verdes o azules a quienes no sean residentes en la zona como ya se aplica en Madrid o Barcelona-. La cuarta medida sería que el resto de coches que llegan a la ciudad fuesen limpios -el 70% restante tras la tercera medida-. Para eso están las zonas de bajas emisiones que se aplican en 300 ciudades en Europa y comenzar a electrificar los vehículos. La quinta medida que es muy importante y no se tiene en cuenta en casi ningún plan de calidad del aire español es la transformación de distribución urbana de mercancías para reducir el número de vehículos que se necesitan. Finalmente, la sexta medida es cuando ya tengamos menos coches y esos coches sean más limpios, hacer carriles bici ocupando una vía ancha para que no te juegues la vida circulando en bicicleta por la ciudad.