Pudo salir cruz en la moneda, pero al Villarreal le sonrió la fortuna. Un penalti fallado por Carrillo, en el arranque del segundo tiempo, transformó un partido que se le había complicado a los amarillos. Superados por el Leganés en el primer acto, la entrada de Bacca y Fornals le dieron la vuelta al equipo, y permitieron que la moneda cayera de cara con tanto del colombiano. Aleja el Villarreal las dudas, respira en Liga antes del derbi autonómico contra el Valencia, y encara con otra cara, con otro humor, el estreno en la Europa League contra el Rangers.

Pero el desenlace positivo no debe hacer olvidar los problemas que han atenazado al equipo, no sólo en el día de ayer, sino desde que dio inicio la temporada. La primera mitad sólo sirvió para alimentar las dudas que rodeaban al Villarreal. Con una apuesta más ofensiva de la esperada, en la que Raba completó el rombo del centro del campo, y con Layún y Raba en la posición de Fornals y Cazorla, se presumía un submarino con hambre de gol, dispuesto a olvidar los fantasmas y demostrar que el juego se adecua a los nombres con los que cuenta el equipo.

Pero el paso de los minutos evidenció a un Villarreal incapaz de convertir su posesión de balón en peligro. El estéril dominio, la rutina del toque y pase, era inútil a la hora de quebrar el entramado defensivo local. Con Gumbau y Rubén Pérez dominando la zona de creación, el descaro de Rolan y la brega de El Zhar permitieron a los de Pellegrino dar un paso adelante. Ahí comenzó a sufrir el conjunto azulejero, al que salvó la falta de precisión de la delantera de los pepineros.

Avisó Gumbau con un disparo desde la frontal del área, antes de que se cumpliera la primera media hora. El Zhar acechó el tanto con un disparo cruzado, que culminaba una jugada elaborada del Leganés, que se marchó cerca del palo izquierdo de Asenjo. Ya en el descuento, dos cabezazos de Carillo forzaron la parada de Asenjo, primero, y se marchó lamiendo el palo, en el segundo.

La escasa producción ofensiva de los visitantes se limitó a un disparo a puerta de Layún. Penetró, sobre le minuto 30, Ekambi desde la izquierda y cedió al mexicano. Su disparo, tibio, terminó en las manos de Cuéllar.

La inyección desde el banquillo

El banquillo salvó al Villarreal en Butarque. En medio de la confusión, Calleja dio entrada a Fornals nada más arrancar el segundo tiempo, y no esperó ni al minuto 15 para que Bacca entrara por Ekambi. El castellonense y el colombiano le dieron otro aire al equipo, lo transformaron en un conjunto más incisivo, que cercó la puerta de Cuéllar casi por inercia, por obligación.

El cambio del submarino se confirmó con el tanto de la victoria. Sólo seis minutos después de saltar al campo, Bacca fue el más listo en el área para cabecear un saque de falta de Layún. Su remate sorprendió a la zaga pepinera y Cuéllar se la comió para que el Villarreal pusiera el 0-1 en el marcador de Butarque.

Pero la historia podría no haber tenido un final feliz. En el primer tramo de la reanudación, unas manos de Mario Gaspar en el área forzaron a González Fuertes a decretar penalti. Carrillo tenía la posibilidad de certificar el dominio de los de Pellegrino en el primer tiempo, pero su disparo se marchó a las nubes.

El error de los madrileños alimentó la confianza del Villarreal. Junto con la entrada de Fornals y Bacca, se produjo la cuadratura del círculo, y el tanto del colombiano le quitó un peso de encima a los de Calleja. El único problema es que el equipo fue incapaz de cerrar el partido. Fornals y Bacca perdonaron con dos disparos dentro del área, y Layún se encontró con la madera en un disparo de falta desde más allá de la frontal.

En el tramo final, el Leganés marchó arriba a la desesperada, en busca de la igualada. El gol llegó, pero el remate de Siovas, ya en el descuento, se produjo en fuera de juego. El Villarreal respiró y aleja las dudas. Ahora toca pensar en el estreno europeo con el miedo liguero atenuado.