Se ha arrasado prácticamente con todo y en apenas tres meses poco o nada queda de ese CD Castellón que abrió la puerta de la Segunda División B. Diecisiete futbolistas fueron echados (más Ángel Dealbert que se pasó a la secretaría técnica, a parte de jugar en el Benlloch de Segunda Regional) y el domingo pasado le llegó el turno al entrenador que hizo historia junto a su cuerpo técnico. Así, solo quedan en la actual plantilla albinegra tres supervivientes como son el lateral Luismi Ruiz (inicialmente le comunicaron que no iba a seguir y luego le readmitieron), el centrocampista Marc Castells y el delantero David Cubillas.

De la plantilla del ascenso se optó por despedir, a través de una llamada telefónica y de no muy buenas formas, a dieciocho jugador y solo uno sigue sin destino a día de hoy: el portero castellonense Alejandro Zagalá. El resto encontraron acomodo en otros equipos: Álvaro Unanua (en el equipo universitario del Charleston, de EEUU), Abraham Peleteiro (Silla), Arturo Navarro y Ximo Forner (Atlético Saguntino), Enrique José Sampedro (Ontinyent), Kike Ferreres (Formentera), Juanjo Gracia (La Nucía), Javi Serra y Cristian Herrera (Ibiza), Javi Rubio y David Colomer (Roda), Albert Pedra (equipo universitario de Oregón, en EEUU), Will Domíngues (Acero), Jordi Marenyà (Écija), Iván Sales (Linares) y Nuha Marong (Atlético Baleares).

Diecisiete fichajes

Tras las salidas, llegó el turno de las llegadas y han sido diecisiete futbolistas nuevos los que han llegado a la plantilla del club de la capital de la Plana y que, de momento, no han cumplido con las expectativas. Y es que, tras cuatro jornadas de Liga, se han cosechado tres empates y una derrota, y encima el equipo ha sido eliminado de la Copa del Rey tras no dar una buena imagen.

El que ha acabado pagando los platos rotos en el Castellón ha sido el técnico almassorense Sergi Escobar, destituido tras el empate cosechado en tierras catalanas el pasado domingo contra el Espanyol B. En su día se rumoreaba que Escobar no iba a seguir en el equipo pese a haber logrado el ansiado objetivo del ascenso a Segunda B, pero la nueva secretaría técnica del club gestionada por Juan Guerrero optó por darle confianza al almassorense. Eso sí, su continuidad siempre ha estado puesta en duda e, incluso, el propio técnico dejó entrever ayer en su despedida que había habido muchas dificultades en el tiempo en el que ha estado dirigiendo al primer equipo. Su etapa ahora ha finalizado y habrá que ver qué tal se le da al nuevo entrenador que se haga cargo de un equipo que aspira a jugar la promoción de ascenso a Segunda o ser campeón.