Rafa Escrig es periodista, youtuber y polifacético. El año pasado fue jefe de prensa del Atlético Saguntino y allí coincidió con David Gutiérrez, el nuevo entrenador del Club Deportivo. Como Guti sabe que Escrig es orellut, le preguntaba siempre por el Castellón, por su equipo. El técnico de Catarroja seguía muy de cerca la actualidad albinegra y al final le dejó una frase que ahora muta poco menos que en profecía. «A Segunda B lo va a subir Sergi (Escobar) pero a Segunda no subirá hasta que lo entrene yo algún día».

Gutiérrez tiene en sus manos, desde esta semana, el reto que tanto quería. Ya sabe lo que es subir. Lo hizo con sus dos anteriores clubes. Al Cullera lo aupó a Tercera y al Saguntino a Segunda B. En Sagunto coincidió con Adrián Lois, ex del Castellón, durante tres temporadas. Lois lo ve «capacitado» para subir un nuevo escalón. «Es el momento ideal. Le van los retos difíciles y este le va como anillo al dedo».

Dice Lois que el Saguntino de Guti partía de un 4-4-2, con un delantero de referencia y otro en la zona de enganche. Lo define con una palabra: «sólido». Apenas encajó goles, fue campeón y logró el ascenso en una tanda de penalties. «Exprimió la pelota parada y nos hizo trabajar al 200 %». Con sus equipos se cumple la máxima de que se juega como se entrena. «Con él no existen las pachangas. El ritmo de entrenamiento es altísimo y no te deja respirar. Te obliga a ir a saco a por cada balón». Lois atribuye a esa «intensidad» en la rutina la ausencia luego de despistes en los partidos.

A ellos saltan los jugadores normalmente sugestionados. «Durante la semana ya te va picando, preguntando si serás capaz de marcar a tal jugador, o de cumplir tal objetivo, y el día de partido sus charlas son muy vehementes. Es un tío que sabe tocar las teclas, es buen orador. Al final es como si salieras a una pelea». Guti tira de «música» y «vídeos» para completar el ritual motivador. «En los partidos importantes siempre monta algo que genere emoción. En eso es un experto. Salías a jugar con la piel de gallina».

La fe y las manías

Otro de los rasgos de personalidad del entrenador del Castellón es su carácter religioso. Incluso daba clases de religión a niños. Se emocionó en la primera visita del Saguntino al campo del Ebro aragonés, el rival en su debut este domingo en Castalia, con una imagen de la Virgen del Pilar.

En el mundo del fútbol a la fe se añaden las manías. «Ahora se llaman rutinas», bromea Lois. En eso Guti recuerda a Luiche, el último entrenador que subió al Castellón a Primera. Luiche llevaba siempre calzoncillos con los colores del equipo al que entrenaba. El nuevo míster aporta un matiz. «El año del ascenso con el Saguntino, Guti siempre llevaba los mismos calcetines en todos los partidos», explica Lois, «porque decía que le daban suerte. Luego subimos y al principio nos costaba, pero cambió de calcetines y empezamos a ganar otra vez», recuerda. «También, si el día de la charla te habías sentado en un sitio determinado y luego habíamos ganado, te hacía sentarte en el mismo sitio en la siguiente». Esa rutina supersticiosa de Gutiérrez desemboca en uno de sus dogmas habituales. «Muchas veces nos decía que estuviéramos tranquilos, que era un tipo con suerte, que íbamos a subir o que ganaríamos un determinado partido porque al final a él siempre le salían las cosas bien, y de alguna manera así te daba confianza», asegura el centrocampista.

Lois finaliza con otra virtud de Gutiérrez, que ha sido comentarista de CV Radio en los últimos meses. Su capacidad de adaptación y liderazgo. «En Segunda B con el Saguntino llegamos de novatos, pero se encargó de manejarlo todo y enseguida funcionamos. Los que hemos jugado en el Castellón sabemos que Castalia es un lugar difícil y hay una presión especial, pero seguro que la sabe llevar. Está preparado».

En el Saguntino, Guti entrenó a varios exalbinegros. El central Marc Trilles fue uno de ellos. Al de Vilafamés lo cogió del Borriol en Regional Preferente y lo dejó asentado en Segunda División B. «Es uno de los entrenadores que más me ha marcado», admite Trilles, ahora en el Lleida, «te convence de que lo que hace es lo mejor y sabes cómo afrontar cada situación del partido. Espero que le vaya fenomenal».