Tercer desplazamiento del Villarreal C y tercera derrota. Aún no sabe lo que es ganar o puntuar lejos de casa el equipo de Pere Martí. Ayer, en Los Arcos y ante el peligroso Orihuela, la joven escuadra de la Plana Baixa fue de menos a más. La primera parte acabó con 1-0 con el golazo de José María Cases, luego el equipo escorpión no fue capaz de sentenciar. Y en la segunda mitad los vila-realenses achucharon, sin morder, pero al menos obligaron a los locales a acabar pidiendo la hora para sumar los tres puntos.

Mucho pan y poco queso. Los oriolanos fueron muy superiores en una primera parte que finalizó con ventaja para la escuadra de la Vega Baja gracias al golazo anotado por Cases desde muy lejos. Un gol para ver repetido. Recuperó el cuero en el círculo central, adelantó unos metros, levantó la cabeza y envió un misil que acabó besando las mallas del portero Marc Vidal.

Ese tanto llegó en el minuto 18 fue marcando el ritmo de un partido con claro color amarillo, pero los de la zamarra del Orihuela. El primer tiempo pudo haber acabado con un resultado aún más desfavorable para los intereses del Villarreal C. Y es que tras el 1-0, en el minuto 33 avisó el ariete Piquero, en el 35 el omnipresente Brian Pallarés estrelló en balón en el larguero, y en el 42 el propio Brian puso a prueba al joven meta vila-realense.

En la segunda parte el Orihuela estuvo más reservón. Dejó que el filial de Pere Martí tomase toda la responsabilidad en el ataque. El equipo de la Plana Baixa lo intentó, pero le costó mucho superar la línea del centro del campo y de defensa de los oriolanos, bien plantados.

El equipo de la Vega Baja fue de más a menos y acabó bien atrincherado a verlas venir, la pena fue que las ganas y el empuje de los chavales del filial resultara estéril, e insuficiente para hacerle cosquillas a un portero tan experimentado como Emilio.