El Partido Popular y alcaldes de municipios del Alt Maestrat desacreditaron ayer la versión revisionista que el senador del PP Manuel Altava ofreció el jueves en el Senado sobre los bombardeos nazis en la Guerra Civil en los pueblos de Albocàssser, Ares, Benassal, Albocàsser y Vilar de Canes. Altava negó que el ataque, que causó 38 muertos, fuera un experimento de la Legión Cóndor, tal como sostiene la historiografía y la diputación que preside el también popular Javier Moliner, y sacó a colación una revista que discrepa de las investigaciones oficiales y que asegura que el «Guernika de Castelló» es «mentira».

El vicepresidente de la diputación, Vicent Sales, cuestionó la opinión de su compañero de partido y defendió la postura de los historiadores, que sostienen que la Luftwaffe nazi bombardeó a las cuatro localidades del Maestrat para probar las bombas de los nuevos aviones Stuka. «Creo que la historia hay que dejarla a los historiadores y, los políticos, cuanto menos nos metamos mejor», sostuvo Sales. Las declaraciones de Altava contradicen, además, a la diputación, que ha patrocinado el documental «Experimento Stuka», que relata los hechos acontecidos en 1938 en el Alt Maestrat.

Abelardo Tena, alcalde de Ares (PP), criticó las palabras de Altava y consideró que el senador se tenía que «haber mantenido en silencio». «Si no quieren dar dinero que no lo den, pero que no nieguen la realidad histórica», resaltó.

Un alcalde perdió a su abuela

Antonio Querol, alcalde de Albocàsser (PP), eludió rebatir directamente al senador pero se desmarcó de su comparecencia al afirmar que desde siempre se sabe que el bombardeo «fue un entrenamiento de Hitler». «Mi padre ya me lo dijo cuando tenía solamente siete años», señaló Querol, que recordó que las pruebas nazis mataron en su familia «a una abuela materna y un hijo de 13 años». «Mi abuelo decía que no debía nada a ningún bando, porque los otros (bando republicano) mataron a un hermano porque era cura», enfatizó.

Por su parte, el senador popular, en declaraciones a este diario, matizó que en su intervención en la Cámara Alta no quiso culpar a la República de los bombardeos cuando apuntó que podía haber evacuado a la población, y admitió que fueron los nazis los autores de la masacre. No obstante, insistió en defender un estudio que discute las investigaciones que avalan las localidades afectadas y la diputación. A su juicio, la aviación alemana actuó en el interior de Castelló no para probar sus aviones sino porque era una zona del frente de guerra. Añadió que el relato de los revisionistas Lucas Molina y Rafael Permuy «está muy documentado». Este libro califica de mentira la obra del historiador británico Antony Beevor.

Altava delegó la presidencia de la comisión de Justicia del Senado para dar su opinión sobre los bombardeos en Castelló.

Los senadores de Compromís Jordi Navarrete y Carles Mulet reclamaron ayer al PP que destituya a Altava. «El senador colmó el vaso de la ignominia, ofendiendo no solo al rigor científico, sino a la gente de muchos de estos pueblos del Maestrat. Que quitara responsabilidad a los nazis creyéndose a pseudohistoriadores con vinculaciones con el antiguo régimen es algo muy grave», indicaron los parlamentarios de Compromís, que remarcaron que «es unánime que se testearon bombas que luego utilizaron los nazis en la Segunda Guerra Mundial».

El Partido Popular, con mayoría en el Senado, rechazó la propuesta de Compromís que pedía instar al Gobierno alemán a disculparse ante los municipios del Maestrat, «como hizo en Gernika en su 60 aniversario del ataque aéreo», y que asuma su responsabilidad.