La discapacidad auditiva es invisible para la sociedad y por ello una dificultad añadida para la comunicación del colectivo. Las personas sordas oyen, en la mayoría de los casos gracias a la tecnología, y el grueso de ellos son oralistas. Sólo un grupo muy reducido se comunica a través de la lengua de signos.

La Asociación de Familias y Personas Sordas de la Provincia de Castelló (ASPAS-Castellón) trabaja desde 2001 en favor de la plena integración de estas personas, fundamentalmente en dos líneas: impulsar el lenguaje oral y la detección precoz de la discapacidad. En este último apartado, la asociación dio un paso de gigante en 2011 con la puesta en funcionamiento del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (ASPAS Castelló-Helix).

«Se trata de una discapacidad invisible que la gente no ve, pero ellos tienen unas dificultades de audición que les resta información, sobre todo cuando están en grupo», explica Vanesa Marí, presidenta de la Asociación y madre de un niño con discapacidad auditiva. «La asociación se creó en 2001, cuando una serie de familias sintió la necesidad de atender a sus niños con déficit auditivo y buscaba soluciones», añade Beatriz Blázquez, coordinadora de servicios y proyectos de la entidad.

En la actualidad, el número familias integradas en ASPA-Castelló es de 147. «Aunque atendemos a muchas más personas, unas 300 entre todas las actividades», precisa Beatriz.

El primer servicio es el atención a la familias. Y junto a este programa, el servicio de logopedia para niños y adolescentes (34 participantes). Es un servicio itinerante, con sedes en Castelló, Borriana, la Vall d´Uixó, Vila-real, Vinaròs y Orpesa», comenta la coordinadora.

Un tercer bloque de las actividades que ofrece la entidad es el programa de empleo, con 175 personas atendidas. Y corona sus servios con el CDIAT, que cuenta con 55 plazas autorizadas. «En el centro atendemos a niños de cero a seis años, no sólo sordos, sino con otros tipos de deficiencias auditivas. Antes teníamos programas de atención temprana, pero gracias al centro la atención es más globalizada», explica Beatriz.

La estadística refleja que cinco de cada mil recién nacidos padece una sordera de distinto grado, lo que supone una cifra de 2.500 niños en el conjunto de España.

Vanesa señala que, ahora, los niños meced a los implantes auditivos y las prótesis, son todos oralistas», dice. «Yo soy madre de un niño sordo oralista y no tiene ningún problema. Va a un colegio público, juega al fútbol, y es uno más en su grupo de amigos», añade.

No obstante, las personas sordas se encuentran con barreras, espacialmente en el ámbito laboral y de accesibilidad en espacios públicos y recintos culturales. «En el aspecto laboral el problema más importante es el desconocimiento por parte de las empresas, que tienen una visión muy sesgada, cuando la realidad es que son personas muy cualificadas y aptas para cualquier empleo, pero les suelen ofrecer trabajos de bajo perfil», dice Beatriz. «Y en el plano cultural, sería necesario que todos los edificios públicos, así como teatros y cine, cuenten con el sistema del bucle magnético, que posibilita la plena audición a las personas sordas», asevera.

ASPA-Castelló celebró este fin de semana el Día Internacional de las Personas Sordas. «Siempre hemos organizado algún tipo de evento, pero este como carreras benéficas, pero este año no», señala Vanesa.

El colectivo mantiene en pie una serie demandas ante la Administración para mejorar la calidad de vida de estas personas. Entre otras cuestiones, reivindica, dentro del decreto 76/ que regula la prestación ortoprotésica de los componentes externos del implante coclear e implante ostointegrado, el mantenimiento y renovación de cables, imán y portapilas, la ampliación de la cobertura de la prestación por audífonos a los mayores de 16 años aunque su situación no sea la de estudiante, el aumento de la cuantía de prestación por audífonos, que el centro ASPAS-Castelló-Helix forme parte del itinerario de derivación de los hospitales, más recursos de apoyo a la comunicación oral y mayor coordinación entre ASPA-Castelló y la Dirección Territorial de Sanidad.

Las últimas estadísticas recogen que en España hay algo más de un millón de sordos de los que sólo 13.300 comunican con la lengua de signos.