Castelló se prepara para el evento sobre cambio climático más grande del mundo. El Ayuntamiento de la capital de la Plana, junto con la Cátedra Facsa-UJI de Innovación en el Ciclo Integral del Agua y la Cátedra Ciutat de Castelló, han organizado los días 26 y 27 de octubre el Climathon, una iniciativa a nivel internacional donde se propondrán soluciones e ideas novedosas para proteger el medio ambiente.

La alcaldesa, Amparo Marco, destaca que que Climathon pretende «buscar soluciones para potenciar el humedal de la Marjal como fuente generadora de recursos». Así, la primera edil insiste en que «el equipo de gobierno cree en la sostenibilidad y aspira a conseguir un Castelló más verde y amable con la biodiversidad».

El evento durará 24 horas ininterrumpidas y se realizará en el Casal Jove del Grau. A parte de abordar el cambio climático a través de la innovación, los participantes también disfrutarán de talleres, ocio, música y gastronomía. Durante el evento el hashtag oficial será #ClimathonCastellón.

Estará centrado en 4 grandes retos a trabajar: energía renovable y gestión del agua, planificación urbana, agricultura y alimentación y desarrollo económico y turismo.

Para abordar cada una de esas áreas, se desarrollarán ideas como: evidenciar los efectos del cambio climático, la innovación social, la energía, el aprovechamiento del recurso hidráulico de la zona, el debate de la sostenibilidad de la agricultura ecológica, la preservación de la flora y la fauna o la movilidad de la Marjalería, entre otros temas de interés. Durante la jornada, los participantes expondrán ideas que, posteriormente, podrán convertirse en soluciones reales que permitan mejorar la vida en la ciudad. Finalmente, un jurado será el encargado de elegir a los ganadores.

La Marjaleria dispone de una red de pozos de bombeo drena el agua, descargándola a zanjas y canales que la transportan al mar. Según fuentes municipales, el cambio climático está causando largos períodos de sequía combinados con episodios esporádicos de lluvia torrencial. Cuando esto último sucede, si el nivel de agua del acuífero es alto, la red de drenaje debe ser forzada para evitar inundaciones. Si las lluvias son torrenciales y se produce la llamada gota fría, el riesgo de inundación es muy alto. A todo ello, se le debe sumar el desafío de compatibilizar las necesidades del asentamientos urbanos con la preservación de la biodiversidad.