El concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castelló, Carlos Feliu, recordó ayer que «el tirón de orejas que le acaba de pegar la Sindicatura de Cuentas al bipartito que dirige la capital de la Plana es solo la punta del iceberg de un problema que es serio y repercute en el conjunto de los castellonenses de manera negativa». Feliu se refirió así a «las 1.400 facturas irregulares por valor de 23 millones de euros que lleva pagadas el bipartito en esta legislatura, una muestra más de la mala gestión administrativa del Ayuntamiento de Castelló».