Las primeras fechas del otoño traen consigo la celebración de la festividad de los patrones de las Policías Locales (San Miguel), del Cuerpo Nacional de Policía (los Ángeles Custodios), de la Unidad Militar de Emergencia (UME) del Ejército (la virgen del Rosario) y de la Guardia Civil, el día del Pilar, que también lo es el de la Hispanidad. Son cuatro fuerzas y cuerpos de seguridad (FFCCSS) que merecen toda admiración y máximo respeto, pues son los que se encargan de velar por la protección y la seguridad de todos nosotros, los ciudadanos.

Sin embargo, hoy quiero poner el acento en dos ellos: el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Estas dos Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se encuentran entre las instituciones más valoradas por los españoles. Ambas están, literalmente, siempre que se les necesita. No conocen las festividades, ni el desánimo ni el cansancio. Están las 24 horas de los 365 días del año a disposición de los ciudadanos. Hombres y mujeres, profesionales cualificados, que ponen a prueba su valor y arriesgan su vida, a veces incluso con un resultado fatídico, por salvar las de las personas a las que se deben. Siempre desde la lealtad, la defensa de la legalidad y la salvaguarda de los principios democráticos que atesora nuestra Constitución.

Hoy, cuando se viven las embestidas más graves que jamás ha conocido nuestra democracia y nuestras instituciones desde el fallido intento de golpe de estado del teniente coronel Antonio Tejero, se hace más necesario que nunca poner en valor el trabajo que realizan. Gracias a su trabajo, y al del conjunto de las instituciones democráticas españolas, con la coordinación del Partido Popular al frente del Ejecutivo de España, se consiguió mantener el orden legal y político de Cataluña, y del conjunto de nuestro país, así como defender y proteger a la población civil de prácticas y escenas que pensábamos superadas y que son propias del nazismo y el estalinismo en lugar de un país con división de poderes y con un Estado de Derecho plenamente asentado como el nuestro. ¡Bendito artículo 155!

Un año después, con Pedro Sánchez de presidente, vemos cómo el Gobierno del Estado al que defienden les ha dado la espalda. No solo están siendo marginados por parte del Ejecutivo a la hora de preservar los derechos y libertades de los residentes en Cataluña, sino que además el PSOE está incumpliendo los acuerdos que se habían alcanzado para dignificar su trabajo.

La ley de Presupuestos Generales del Estado que dejó el PP contemplaban la activación del plan para una justa y merecida equiparación salarial entre todas las fuerzas y cuerpos de seguridad de nuestro país. Sin embargo, los socialistas se han saltado el acuerdo y se niegan a aplicarlo. Por el contrario, vemos cómo Pedro Sánchez mercadea con la soberanía popular y la unidad de España con los independentistas, los nacionalistas y la izquierda radical, con el único objetivo de seguir 'okupando' (sí, con k) la Moncloa. Las agresiones que vivieron los agentes en Barcelona durante la manifestación convocada por Jusapol, en pleno ejercicio de un derecho constitucional, y consentidas por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña e ignoradas por el Ministerio del Interior, fueron lamentables y una prueba más de la sinrazón que impera en una comunidad autónoma cuyos gobernantes han impuesto la 'hispanofobia' como única norma y razón de su existir.

La unidad de España, la democracia, las libertades y derechos de nuestra Carta Magna, no pueden ni deben ser moneda de cambio. Y nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad, como garantes de todas ella, no pueden ser vapuleadas ni ignoradas. Por el bien de España, por el bien de los españoles. Desde estas líneas, y de parte de este humilde ciudadano quiero trasladaros siempre, pero hoy más que nunca, todo mi apoyo y mi máximo respeto para el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, por vuestro encomiable trabajo. Fue un gran honor compartir trabajo y responsabilidad con estos excelentes defensores de nuestra seguridad y de nuestros derechos.