Los disfraces fueron el mejor remate de fiestas para un jueves de Fira d'Onda que transcurrió cargado de actos. Los disfraces comenzaron por la noche y demostraron que es uno de los actos estrella de la semana grande de la localidad de la Plana Baixa. Muchas peñas se animaron a participar del pasacalle con los atuendos más divertidos y otros tantos admiraron el desfile entre risas y emoción. El nivel de los disfraces fue dispar: desde los más improvisados que habían confeccionado sus ropajes esa misma tarde, hasta los mejor caracterizados y que llevan tiempo pensando en ello, sin embargo todos ellos disfrutaron de la orquesta que había en el pabellón Víctor Cabedo Carda.

Antes del acto estrella de la noche, la plaza del Pla se llenó de arena pero esta vez no fue para los festejos taurinos, y es que por la mañana transcurrió la octava edición del espectáculo ecuestre. Estuvo organizado por el Centro de Entrenamiento y Enseñanza Ecuestre Jesús Verdiá y aunque actúan en muchas poblaciones siempre estrenan en Fira d'Onda y tienen colaboraciones con asociaciones locales. La actuación de ayer estuvo basada en las disciplinas de doma clásica, vaquera y alta escuela, y la novedad fue que caballos, jinetes y bailarinas se movieron al son de canciones más modernas.

Otra novedad en sí misma fue la carrera de autos locos organizada por la peña Recorte y que convirtió a algunas calles en el circuito de carreras más divertido visto en Onda. También por la mañana transcurrió el desfile de motocultores y el encierro infantil que llenó el centro de padres y niños. Por su parte, los mayores tuvieron su reconocimiento con la comida homenaje de la tercera edad, además lucieron engalanados y en pasacalle desde el Ayuntamiento hasta el Víctor Cabedo, uno de los centros neurálgicos de la fiesta.

Y es que Onda estuvo cargada de actos durante todo el día, entre ellos la actuación por la tarde del grupo el Diluvi y en la calle Cervantes. Los de Alcoi cumplieron con lo esperado y demostraron ser unos de los herederos de la canción protesta valenciana, pero en este caso se alejan de la fórmula del cantautor para mostrar una versión folk moderna. También hubo tiempo para el teatro infantil, con «l'Expolorateur», y para el musical, con Tatuaje. Y los casales lucieron abiertos y con todos sus miembros haciendo manualidades de última hora para acabar los disfraces.

Hoy se celebra el segundo encierro