La Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deportes, dirigida por Vicent Marzà, ha aprobado la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica y paleontológica de 15 yacimientos valencianos, en el marco de la primera fase de actualización y adaptación del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, entre los que se halla El Puig de la Nau de Benicarló.

La Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, establece, como disposición adicional, que la Conselleria con competencias en materia de cultura debe elevar al Consell, para la aprobación por decreto, la relación de bienes que disponen de expediente para ser declarados bienes de interés cultural con anterioridad a 1998 y sean merecedores de ser incluidos en el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano.

En cumplimiento de lo expuesto, la Conselleria, mediante la resolución de 15 de noviembre de 2016, incoó expediente para la primera fase de actualización y adaptación del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano, en materia de patrimonio arqueológico y paleontológico. Se trata de catorce yacimientos arqueológicos y un yacimiento paleontológico, y de estos quince, cinco se encuentran en las comarcas de la provincia de Castellón.

El yacimiento del Puig de la Nau fue un poblado que tuvo su origen durante los postreros momentos de la Edad del Bronce, no obstante prácticamente todas las estructuras arquitectónicas que se aprecian pertenecen a la época ibérica, con una cronología de las más antiguas del mar Mediterráneo, que tiene sus inicios en la primera mitad del siglo VI a.C. Los iberos ocuparon toda la segunda mitad del primer milenio antes de nuestra era, pues en el siglo I a. C., y posteriormente se romanizaron, incorporándose al Imperio romano. Como muestra que perduró de estas culturas cabe señalar la cerámica que se ha encontrado en las diferentes excavaciones del Puig de la Nau. Se trata de asentamientos de escasa extensión situados en lugares estratégicos o junto a zonas de extracción de minerales como el hierro y a veces se encuentran protegidos por una muralla realizada con piedra en seco.

Presenta seis fases de ocupación que van desde los años 700 a 400 antes de Cristo, y en el poblado se pueden observar la gran relevancia que tuvieron las murallas, así como se puede observar las calles y las casas que lo conformaban, así como hornos, bodegas, almacenes, palacios y otras construcciones. Básicamente eran edificaciones de dos alturas hechas con albañilería, tapia y adobe. A nivel material se ha constatado la influencia fenicia que recibieron a través del comercio mediterráneo, así como con las relaciones con los griegos.