De momento no se han tomado decisiones drásticas como la de hace casi dos meses de destituir, después de cuatro jornadas de Liga, al técnico Sergi Escobar. Su sustituto, David Gutiérrez, con más partidos en el banquillo presenta peores registros. En seis jornadas, ha sumado cinco empates y una derrota, el pasado domingo contra el Badalona. Ha apretado varias teclas y ni jugando a no perder en la mayoría de los partidos ha sabido ganar.

El CD Castellón ha abierto el gabinete de crisis. Un sector de la afición pide el cambio de entrenador y, en especial, la destitución del director deportivo Juan Guerrero, al que se señala como responsable de la mala planificación deportiva.

Precisamente, sobre el sevillano no cesa el aluvión de críticas. Le culpan de la escabechina post ascenso a Segunda B, con la complicidad del máximo accionista del club, José Miguel Garrido, y de la mala planificación en los fichajes. Se dice que varios de los que han venido ni tienen nivel para defender la elástica albinegra en Segunda B, o que el plantel está descompensado prácticamente en todas las líneas.

¿Qué hacer?

De momento el entrenador David Gutiérrez, que llegó con una experiencia de temporada y media en Segunda B, sigue en su puesto. El crédito está bajo mínimos. El domingo ante el Lleida Esportiu será una final para él y también para el equipo, pero no se podrá echar a veinte futbolistas. El alambre por el que camina el entrenador siempre es el más fino y otro mal resultado puede conseguir que se rompa.

¿Y la plantilla?

El entrenador no puede salir a marcar goles, a dar buenos pases o a frenar bien al rival. Una plantilla que no es tan mala como refleja en estos momentos la clasificación (los mismos puntos que el colista), no acaba de dar una a derechas. Hasta el momento, al equipo nunca se le ha visto superior a los rivales en cuanto a juego, sólo a ratos. Un hecho preocupante tras haberse disputado el primer cuarto de Liga.

La grada

Con una media de once mil aficionados en la grada de Castalia cuando se juega como local, jornada a jornada el runrún de la grada empieza a ser más audible. No tienen nada contra los jugadores, es contra la situación que tienen que vivir impotentes sentados en su butaca bien al equipo luchar contra todo, a los que nada les sale bien y la psicosis cada vez está mejor instalada en el vestuario. La única medicina se llama triunfo, y después de diez partidos no se ha ganado ni un encuentro en el retorno a Segunda B.

La posición del club

De los pesos pesados, el máximo accionista José Miguel Garrido mira, observa y espera a que llegue enero. Su director deportivo Juan Guerrero que, al parecer, tiene mucho más poder que el secretario técnico Àngel Dealbert no quiere abrir la boca. De las últimas veces que la abrió fue para decir que este CD Castellón iba a ser campeón, o que «yo me dedico a fichar y el entrenador a entrenar».

A todo ello las redes sociales no dejan títere con cabeza. Piden mano dura a José Miguel Garrido, el único capaz de tomar decisiones importantes en este CD Castellón. De aquí al domingo se hará muy largo con este difícil panorama.