La seta mortal Lepiota brunneoincarnata ha aparecido como una plaga por el Pinar de Castelló, pero desde el ayuntamiento advierten de su posible presencia en cualquier espacio verde de la ciudad, ya sean rotondas, medianas o jardines, de ahí que se pida que se extremen precauciones y que nunca se consuman setas que aparezcan en el entorno urbano.

Durante toda la jornada de ayer miembros de Asmicas realizaron un recorrido por la zona, donde siguieron detectando diversos focos donde aparece la Lepiota brunneoincarnata. El consistorio local, por su parte, decidió colocar carteles informativos en todas las entradas y salidas del Pinar, una de las zonas de esparcimiento y ocio más concurridas de la capital. En estos avisos, redactados con el asesoramiento de Asmicas, se explica que las setas que crecen en las ciudades, zonas cercanas a las carreteras o complejos industriales contienen de por sí u»na gran carga de metales pesados, además de insecticidas y productos químicos».

Junto a esta premisa general, nos encontramos con el caso concreto de las setas que se localizan en el Pinar, «una variedad tóxica, y en algunos casos mortal, que pueden confundirse» con setas comestibles.

Fuentes municipales confirmaron ayer que El Pinar es un lugar donde, de forma periódica, suelen aparecer estos peligrosos hongos, aunque ya hacía varios años que no se había producido una plaga como la de ahora, impulsada fundamentalmente por el lluvioso mes de octubre que está viviendo Castelló. Además, insisten en que puede haber más en otras zonas verdes del municipio, por lo que insisten en ser prudentes y no coger nunca setas en la ciudad.

Evitar su destrucción

Aunque pueda parecer extraño, pese a la toxicidad que tiene la Lepiota brunneoincarnata, la recomendación de Asmicas, de los expertos en general, es mantenerlas intactas y no destruirlas. Al respecto, insisten en que los hongos tienen una importante función ecológica al vivir en simbiosis con los árboles, a los que facilitan la asimilación de elementos minerales y orgánicos. Si se eliminasen las setas, los hongos «tendrían cada vez menos reproducción y podrían acabar desapareciendo, lo que supondría que empeorasen las condiciones de vida de los árboles y arbustos del Pinar».

Fue en 1998 cuando un hombre de 61 años murió en Castelló tras la ingestión de esta clase de setas. Su hija, que también las probó, pudo salvarse gracias a la rápida atención médica. Los síntomas suelen aparecer a partir de las 8 horas con dolor de estómago, diarreas y posterior disfunción orgánica que puede causar la muerte 72 horas después.