La fortuna que le dio la espalda a Julen Lopetegui premió a Santiago Solari por su apuesta por Vinicius, el futbolista que a base de descaro sacó al Real Madrid del sufrimiento eterno en Liga, y castigó con un disparo que rechazó en la espalda de Kiko Olivas, a un gran Real Valladolid.

Benzema buscaba el gol con un disparo cercano al poste, Asensio metía un centro con aroma de gol y Bale cabeceaba otro con peligro. Era el inicio con un Real Madrid dominador, instalado en campo rival, que daba amplitud con dos extremos pegados a la cal. Bale frenaría las incorporaciones de Odriozola. Faltaba algo de velocidad en el toque y el Valladolid iba ganando buenas sensaciones.

Aguantó el equipo de Sergio sin sufrimiento la búsqueda de un gol madridista y, tras un testarazo de Casemiro que detenía un seguro Masip, adelantaba metros para instalar la desesperación en la grada. El momento bajo de Nacho y Sergio Ramos, al que acompañó algún silbido cada vez que tocó el balón, lo aprovecharon los jugadores de ataque del Valladolid. Con poco, como cualquier equipo que este curso ha pasado por el Bernabéu, generó mucho peligro. Media hora de tregua en la grada del Bernabéu que estalló en silbidos contra sus jugadores tras un disparo cruzado de Toni Villa y la tercera consecutiva de Ünal, a placer, de cabeza con todo para marcar ante Nacho resignado. Su testarazo no encontró puerta.

Sin el escudo de Lopetegui ya para los jugadores, el quejido de la grada esperaba una respuesta en entrega y de nuevo el Real Madrid se reencontró con su principal problema de la temporada: la falta de pegada. A impulsos encerró al Valladolid y Casemiro fue el que más peligro creó. Otro testarazo y un disparo desde la frontal ante el que se lució Masip con su estirada. Le importó poco a Solari que sustituyó al brasileño a los 56 minutos para dar paso a Isco.

Sin la figura de centrocampista destructivo en frente, el Valladolid que transitaba por el momento de más sufrimiento, encontró el espacio para correr y castigó cualquier perdida del Real Madrid. El aviso del equipo pucelano no encontró el premio del gol ante un Madrid que ya iba sin red, en el alambre en cada acción, mostrando la falta de confianza que le instala en la mitad de la tabla. El madridismo bajaba el pulgar en el juicio a Bale, sustituido, y lo levantaba a Vinicius, el portador de la ilusión.

Solari se encomendaba a Vinicius y el chaval le respondía. Con la velocidad que le falta al resto, encaró a los rivales con descaro, se marchó y le pegó con fe. La fortuna de su lado, golpeó en la espalda de Kiko Oliva y el balón se alojó en la red. El reencuentro con la victoria del Real Madrid tras cinco jornadas, lo sentenció Ramos tras un penalti a Benzema.

El Atlético empata en Leganés

El Atlético de Madrid repitió la historia de los dos cursos anteriores y se dejó dos puntos en Butarque (1-1; Griezmann y Carrillo marcaron) ante un intenso Leganés que no se doblegó cuando el resultado se le puso en contra.