Esta semana, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la provincia de Castelló (FAPA Castelló Penyagolosa) ha instado a la Conselleria de Educación que elimine las máquinas vending de los centros de secundaria, y que las escuelas cuenten con menús saludables. Una petición motivada por la, cada vez mayor, preocupación de las familias por que los menores cuiden su alimentación. Y lo cierto es que no es para menos, a tenor de las últimas cifras que recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según la encuesta nacional de salud recogida en el INE, el 30 por ciento de la población de entre 2 y 17 años de la provincia de Castelló tiene sobrepeso u obesidad, y la mayoría son niñas. En concreto, un 17 por ciento de los menores tiene sobrepeso, es decir, «una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud», tal como apuntan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, el 13 por ciento tiene obesidad, una enfermedad crónica tratable que aparece cuando existe un exceso de grasa en el cuerpo. La OMS recoge que la causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantiles es «el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico» y el aumento es atribuible a factores como la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, y la tendencia a la disminución de la actividad física. Según la OMS, la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI.

El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Desde la Organización Mundial de la Salud remarca que hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

Además, se puede prevenir aumentando el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos; reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas; reducir la ingesta de azúcares; y mantener la actividad física.