La sociedad estatal de Acuamed deberá devolver 35 millones a la Unión Europea si antes del 31 de marzo de 2019 no pone en marcha las desaladoras de Orpesa y Moncofa. Ambas plantas están paralizadas por falta de demanda, ya que los municipios consideran inasumibles las condiciones acordadas en 2006, en pleno «boom» inmobiliario. Acuamed negocia a contrarreloj una revisión de los convenios con los ayuntamientos firmantes (Benicàssim, Orpesa, Cabanes, Moncofa y Xilxes). Lo hace a la carta con cada localidad a fin de llegar a un acuerdo cuanto antes. Al consistorio de Moncofa le acaba de plantear una moratoria de hasta cinco años en la devolución de los costes de inversión, mientras al de Benicàssim estudia ampliarle el periodo de retorno de esta amortización.

Las desaladoras reemplazaron en su momento al proyecto de trasvase del Ebro y nacieron con la idea de satisfacer los complejos urbanísticos proyectados en los años del crecimiento económico. Las obras costaron más de 100 millones. Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, las previsiones de consumo y del precio del agua de estas infraestructuras se presentan ahora inasumibles para las poblaciones implicadas. Los municipios deberían asumir el pago de más de 100 millones en 25 años por la ejecución de las dos plantas.

La entidad estatal ha acelerado el proceso negociador con los consistorios y ha aceptado cambiar de manera considerable los convenios de 2006, rebajando cantidades de consumo que se habían contemplado en 2006 y cediendo con la cuestión de los costes de amortización de la inversión.

La alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, destaca que Acuamed tiene buena predisposición por la urgencia en estrenar las dos desaladoras y confía en firmar el nuevo convenio antes de que acabe el año.

La sociedad estatal está realizando ahora planteamientos de forma individualizada con cada ayuntamiento. A Moncofa le ha propuesto en una última oferta un incremento de 3 a 5 años de la moratoria que había planteado inicialmente para pagar la amortización. Asimismo, no descarta introducir otras modificaciones en el convenio en un futuro. El alcalde de Moncofa, Wences Rambla, subraya que el equipo de gobierno tiene que valorar esta propuesta.

En el caso de Benicàssim, el consistorio trabaja por conseguir una ampliación del periodo de pago de la amortización de la desaladora de Orpesa y adaptar el consumo de agua a las necesidades reales de la población. Afirma que la localidad no tiene actualmente problemas en cuanto a la cantidad hídrica y que solo en verano podría tener necesidad de la desaladora. «Si en un futuro aumentan las necesidades se podría revisar otra vez el convenio», subraya Marqués, que lamenta que con las condiciones de 2006 Benicàssim debería pagar 1 millón de euros al año durante 25 años en costes de amortización. Poe el precio del agua en «cifras astronómicas», lamenta la primera edil benicense, que espera cerrar en breve el acuerdo.

El objetivo de Acuamed es cerrar las negociaciones antes de que expire el plazo establecido por Europa para no exigir la devolución de las ayudas que aportó para su construcción.