Adrián Dolz Martínez (Castelló, 12 de noviembre de 1991) tiene la posibilidad de compaginar sus dos grandes pasiones: el fútbol, donde se inició, y luego el complejo mundo del arbitraje. De hecho es uno de los pocos árbitros asistentes que tiene la Delegación de Castelló en Tercera División. Esta temporada 2018-19 se ha vuelto a calzar las botas de futbolista para enrolarse en las filas de un club de nuevo cuño como es el CF Balompédica La Cueva, del grupo II de Segunda Regional. La reglamentación actual permite que se pueda compaginar siempre y cuando no se juegue en la misma categoría que se arbitra.

En su caso, Adrián Dolz empezó a jugar a fútbol en el Racing Castellón, para en edad cadete dar el paso al fútbol sala y defender la elástica del Playas de Castellón, hasta terminar su etapa juvenil. Luego se pasó al mundo del arbitraje. Dirige partidos desde la temporada 2006-07 y hoy en día es árbitro asistente en Tercera División, con la mira puesta en dar el salto a Segunda B.

En su nuevo equipo, jugando en la posición de extremo diestro, lleva disputados ocho partidos, con 471 minutos, dos goles (ante Joventut Almassora y Ribesalbes) y no ha visto ninguna amarilla. «Como futbolista, soy de los que ayudan al árbitro. Nunca corregir dentro del campo ni dar consejos, pero siempre intento ayudar. Luego, cuando acabo, voy a saludarle y a hablar con ellos de las sensaciones que han tenido. En la Segunda Regional es donde empiezas como árbitro y donde empiezas su andadura seria en esta faceta», comenta Adrián.

Respecto a jugar y a arbitrar, este experimentado colegiado que el lunes cumplió 27 años, comentó que «las dos facetas me gustan por igual, aunque la Tercera División me emociona más, por el nivel de fútbol que hay y la competitividad que se vive». Y además se ha propuesto «acabar la temporada sin ver ninguna tarjeta amarilla ni por protestar ni por nada. De momento no he visto ninguna».