El grupo de las BAF (Brigades Antifeixistes de Castelló) se atribuyó ayer una nueva pintada en la Cruz de los Caídos del parque Ribalta. Las BAF han multiplicado en los últimos tiempos sus actuaciones en el monumento para mostrar su repulsa al «fascismo». Sus pintadas y las velas de un colectivo antiabortista acaparan el uso de la Cruz.

Estas acciones se producen mientras PSPV y Compromís difieren en el seno del equipo de gobierno en la forma de retirada de la Cruz. La estructura de Ribalta apareció ayer a primera hora de la mañana con la inscripción «23-N, tombem el feixisme» y la firma de las BAF. Para dicho día, el colectivo ha organizado la jornada antifascista «Memòria, Dignitat i Lluita» que contará con una manifestación que a las 20 horas partirá desde la plaza de la Independencia y el concierto, a partir de 23 horas, de Antifa Vol. 3 con Kaos Urbano, Gargamboig y Kristalmina.

Por su parte, la asociación antiabortista de Castelló por la Vida se concentra en la Cruz cada último viernes de mes desde hace diez años por «las víctimas del franquismo». Suele realizar una lectura de un manifiesto, un rezo y coloca velas en el monumento. Castelló por la Vida asegura que se identifica con la simbología que tiene la Cruz desde 1979, año en el que el pleno del ayuntamiento cambió el lema de la Cruz, resignificando su homenaje a todas las víctimas frente a los «caídos por España» de la Guerra Civil, que fue el origen de su construcción en 1944.

El programa del equipo de gobierno (Pacte del Grau) contempla el traslado de la Cruz en virtud de la ley de Memoria Histórica, pero los socialistas consideran que no es suficiente con el informe de un comité del expertos del Consell que considera que es franquista. Los socialistas afirman que hacen falta más pruebas que demuestren que sigue siendo un lugar de culto de la dictadura. Arguyen que en 1979 se modificó su significado y que un informe de Recerca de la Memoria Histórica asevera que no se celebran actos de exaltación franquista desde 1982. Por ello teme que un recurso judicial frene esta decisión y cause problemas legales a la Junta de Gobierno Local.

Compromís estima que no hay «ninguna incertidumbre legal» con la remoción de la Cruz de Ribalta con el dictamen de los especialistas, que argumentan que continúa siendo un símbolo franquista porque su origen fue para glorificar al bando vencedor de la Guerra Civil y porque aún acoge actos de nostálgicos. Pero desde el PSOE subrayan que no hay constancia de esto último desde hace 36 años.