Raúl Garrido, entrenador valenciano del Olot, reconoció a la conclusión del duelo y tras cambiarse de ropa porque lo de ayer fue lo más parecido al diluvio universal, que «conseguir empatar el partido de esta forma tiene mucho valor para mí. Hemos hecho un gran partido dentro de lo que podía hacer. Por eso estoy muy contento por el trabajo que ha hecho todo el grupo». Además, reconoció que el de ayer fue el partido «que más he sufrido», agregando que «porque desde fuera puede hacer poca cosa. Y estoy orgulloso del esfuerzo de mis futbolistas ante un rival muy peligroso en este tipo de juego».

Su equipo pudo haber ganado y también pudo haber perdido, pero bajo el punto de vista de Raúl Garrido su equipo, el Olot, mereció más. «Hemos estado a punto de ganar el encuentro, y con un terreno de juego en buenas condiciones hubiéramos tenido más opciones de conseguirlo. Pese a no ganar estoy contento por los chavales porque se han vaciado en el terreno de juego», destacó el técnico del equipo de 'La Garrotxa'. Desde el bando catalán, se entiende que el campo encharcado perjudicó al equipo local, que habitualmente practica un fútbol más elaborado.

Garrido quiso agradecer a los 682 aficionados (algunos, pocos, albinegros) que se acercaron al Municipal d'Olot en una tarde de perros: frío y al final agua a mansalva. «Estoy agradecido de todo corazón con esos valientes que han venido hoy. Me han emocionado. Han estado a nuestro lado. Les haría reverencias si los tuviese enfrente», concluyó. Con este resultado, el Olot, que nunca se había enfrentado al Castellón, seguirá una semana más en la zona tranquila de la tabla.